El año pasado, los fans de Los Juegos del Hambre recibieron una noticia que habían estado esperando desde el estreno de la última película de la saga en 2015, la continuación de la historia. O, en este caso, el lanzamiento de una precuela.

Suzanne Collins tendrá listo para la venta en mayo de este año Ballad of Songbirds and Snakes, una novela que transcurrirá 64 años de los eventos que tuvieron a Katniss Everdeen como protagonista, y se centrará nada menos que en una versión joven y muy diferente del Presidente Snow. Conoceremos a un adolescente Coriolanus Snow, quien nación en absoluto privilegio pero va por la vida buscando algo más, siendo encantador, amistoso y, al menos por el momento, un héroe. Lejos de la persona que conocimos en la trilogía original.

Todo esto fue revelado en exclusiva por EW, que también lanzó un primer arte conceptual del libro y un extracto:

«La gran escalera que conducía a la Academia podía contener a todo el cuerpo estudiantil, por lo que acomodaba fácilmente la corriente de funcionarios, profesores y estudiantes que se dirigían a las festividades del día de la cosecha. Coriolanus subió lentamente, intentando una dignidad casual en caso de que llamara la atención de alguien. La gente lo conocía, o al menos conocían a sus padres y abuelos, y se esperaba un cierto estándar por el apellido Snow. Este año, a partir de este mismo día, esperaba lograr un reconocimiento personal también. Si lograba una actuación impresionante como mentor, con su excelente historial académico, Coriolanus podría recibir un premio monetario lo suficientemente sustancial como para cubrir su matrícula en la Universidad. Habría veinticuatro tributos, un niño y una niña de cada uno de los doce distritos derrotados, atraídos por la lotería para ser arrojados a una arena para luchar hasta la muerte en los Juegos del Hambre. Todo estaba establecido en el Tratado de Traición que había puesto fin a los Días Oscuros de la rebelión de los distritos, uno de los muchos castigos de los rebeldes. Como en el pasado, los tributos serían arrojados en la arena, un anfiteatro ahora en ruinas que se había utilizado para eventos deportivos y de entretenimiento antes de la guerra, junto con algunas armas para asesinarse entre sí. Se les animaba a verlos desde el Capitolio, pero mucha gente lo evitaba. Cómo hacerlo más atractivo era el desafío».