Finalmente llegó a Playstation 4 la esperada secuela de Nioh con la cantidad justa de novedades y todos esos elementos que hicieron al primero un más que interesante juego de acción. ¿Es recomendable?
La primera gran diferencia con su predecesor viene de la mano del protagonista. Al tratarse de una precuela, ya no interpretaremos al samurái irlandés de la primera entrega, sino que pasaremos algunos minutos personalizando a nuestro nuevo personaje con el completo editor de aspecto que ofrece el título.
Luego pasaremos a elegir nuestra forma Yokai, porque en esta ocasión seremos mitad humano, mitad demonio, para sumar algunas nuevas características a la jugabilidad y agregar un factor muy importante a las batallas.
En ese momento también elegiremos dos armas principales que queremos cargar al principio de la aventura, entre un arsenal de más de diez opciones. Luego de matar un par de enemigos, podremos agarrar alguna otra y empezar a probar qué tipo de estilo de combate queremos usar.
Entre las diferencias de cada arma, las tres posturas de combate por cada una, los ítems, las habilidades especiales y el árbol de técnicas de cada arma, tenemos una enorme cantidad de opciones para ir probando mientras enemigos difíciles y no tanto se interponen en nuestro camino. Como sucedía al principio de Nioh, puede que pase un tiempo hasta que encontremos el equipo y las herramientas adecuadas, pero una vez que nos acostumbramos, dejamos de sufrir tanto cada vez que aparece un oponente.
En varias ocasiones podemos recurrir a enemigos extra, para subir nuestros atributos y conseguir mejor equipo, o compañeros de combate, para superar alguna sección más difícil que el resto. Hay una gran cantidad de recursos a disposición para mejorar constantemente y encontrar la combinación perfecta de todos estos elementos que construyen la habilidad.
El resto de la experiencia requiere mucha práctica, tiempo y concentración. Nioh 2, como la gran mayoría de los juegos similares a Dark Souls, requieren absoluta atención en sesiones de juego de varias horas para ser experimentados como se debe. No debe haber distracciones ni tampoco es un título que se pueda jugar por un ratito nada más.
Las escenas cinematográficas, toda la estética samurái y los diseños de los demonios hacen que Nioh 2 sorprenda también visual y artísticamente, estemos jugando o sólo viendo algo pasar. Y hasta eso tiene opciones de personalización, porque el estudio responsable del juego nos deja priorizar lo visual por sobre la jugabilidad o viceversa, según nuestras preferencias.
Nioh 2 es una aventura que puede frustrar al principio, pero que enseña con cada paso, enemigo derrotado y jefe superado o no, lo que termina siendo mucho más satisfactorio cuando finalmente le agarramos la mano.