viernes, noviembre 22, 2024

En el universo de fantasía y horror no hay criatura más legendaria –e hipnótica– que el vampiro, ya sean los clásicos y sensuales mordedores de yugulares o los más violentos y psicópatas asesinos que matan por puro deporte.

Conocemos sus poderes, habilidades y puntos débiles, y también nos acostumbramos a ver cómo fueron mutando a lo largo de las décadas, gracias a la literatura o sus diversas versiones cinematográficas. Los hay de todo tipo, tamaños y colores, la lista es infinita, pero para reivindicar su supremacía y resaltar sus mejores características, elegimos cinco ejemplares de la pantalla grande que amamos y sobresalen del resto. ¿Cuál agregarían? 

Drácula

Hay vampiros más sexys, más longevos y, por supuesto, más brutales, pero ninguno iguala la figura del mítico conde transilvano en (casi todas) sus personificaciones más clásicas. Complicado elegir a uno solo, pero nos quedamos con el gran Christopher Lee que supo interpretarlo en diez ocasiones, inaugurando con Drácula (1958) una serie de películas de la Hammer basadas en el legendario personaje creado por Bram Stoker, mucho más gótico y sangriento.

Lee es todo un caballero que derrocha hemoglobina y hace gala de su sexualidad, de forma más explícita que el resto de sus congéneres al otro lado del charco. Toda una marca registrada de las obras salidas del estudio británico, que logró revitalizar el género a partir de mediados de los años cincuenta. Mención especial para la enigmática criatura interpretada por Bela Lugosi en Drácula (1931) y al misterioso Gary Oldman en Drácula, de Bram Stoker (Bram Stoker’s Dracula, 1992).

Horror: Nosferatu
Prana-Film GmbH

Graf Orlok

El director F. W. Murnau quería adaptar la clásica novela de Bram Stoker, pero como no consiguió los derechos, decidió filmar su propia versión que, aunque guarda grandes similitudes con la del conde, difiere bastante de su visión más romántica. La historia de Nosferatu (Nosferatu, eine Symphonie des Grauens, 1922) –interpretado por el genial Max Schreck–, una criatura deforme y cargada de simbolismo que siembra la muerte y el terror a su paso, es uno de los mejores ejemplos del mito vampírico y máximo exponente del expresionismo alemán, que viene creando sustos y alegorías desde hace más de un siglo. En 1979, Werner Herzog decidió recrear artísticamente la clásica criatura del realizador alemán, y de la mano de Klaus Kinski se despachó con Nosferatu (Nosferatu: Phantom der Nacht).

Eli 

Hay un abismo entre la clásica figura del chupasangre y la pequeña Eli (Lina Leandersson) de Criatura de la Noche (Låt den rätte komma in, 2008). El director Tomas Alfredson retrata la angustia y el amor adolescentes entre esta pequeña vampiro que no puede escapar de sus sangrientos impulsos naturales y su solitario vecinito víctima del Bullying. Los desolados paisajes de los suburbios de Estocolmo son el marco ideal para la adaptación de la novela de John Ajvide Lindqvist, un violentísimo y apesadumbrado relato que se aleja de las convenciones del género vampírico para enfocarse en la relación de estos dos  personajes y todas sus dudas, su curiosidad y sus deseos.

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Horror: Criatura de la Noche
Magnolia Pictures

David 

A Kiefer Sutherland le pintaba la actitud violenta mucho antes de interpretar a Jack Bauer. De la mano de Joel Schumacher y Que No Se Entere Mamá (The Lost Boys, 1987), crearon la figura de culto del nuevo vampiro adolescente: un ícono de la generación MTV que influenciaría a toda la mitología del chupasangre moderno. El rebelde (ochentero) sin causa, pero con actitud y sensibilidad punk/rock, costumbres quirópteras, estilo de vida hedonista y el peinadito a lo Billy Idol, acompañado del clásico atuendo de cuero y la motocicleta propia del líder de la banda local de una ciudad costera de California. Siempre gustoso de aterrorizar a los nuevos jovencitos que llegan al lugar. 

Severen

Cuando Kathryn Bigelow no encontró el apoyo financiero para realizar el western que tenía en mente, decidió redefinir las características propias del género y combinarlas con una clásica historia de chupasangres. En Cuando Cae la Oscuridad (Near Dark, 1987), un joven pueblerino debe unirse de mala gana a una banda de vampiros sureños que deambulan por las carreteras haciendo de las suyas. Severen (QEPD, Bill Paxton) es, sin dudas, el más antisocial y sociópata del grupo: una sádica criatura que no solo gusta de asesinar y jugar con sus víctimas, sino que disfruta con ansias de cada momento del proceso.

Jefa de redacción. Nolaniana incurable. DC me da y me quita.