Este jueves llega a los cines la nueva película de Martin Scorsese, Killers of the Flower Moon, y nuestra Maca Reynolds estuvo en la conferencia de prensa. Te contamos lo más destacado que el director reveló durante el evento.
Basada en el libro de no ficción de David Grann, Killers of the Flower Moon: The Osage Murders and the Birth of the FBI, la película es un relato de época que se siente extremadamente moderno. Tomando como perspectiva principal la de Ernest Burkhart, quien no es parte de la novela, Scorsese explora el impacto de una serie de crímenes en la comunidad Osage durante los años 20, luego de que se encontraran yacimientos petrolíferos en sus tierras.
Killers of the Flower Moon es un retrato crudo sobre la diferencia de clases, la discriminación y segregación, y la falta de compromiso de las autoridades al momento de resolver crímenes que no tienen como víctima a la comunidad blanca dominadora.
Scorsese vuelve a trabajar con Leonardo DiCaprio y Robert De Niro, quienes representan ese privilegio blanco desde dos lugares muy diferentes, pero que son igual de dañinos. El elenco es completado por Scott Shepherd, Pat Healy, Tantoo Cardinal, Cara Jade Myers, JaNae Collins, Jillian Dion, William Belleau, Louis Cancelmi, Tatanka Means, Michael Abbott Jr., Gary Basaraba, Brendan Fraser, Jason Isbell y Sturgill Simpson.
El primer acercamiento a Killers of the Flower Moon
Durante la conferencia, el director reveló que el libro le llegó cuando estaba por empezar a filmar El Irlandés, su última película, y lo primero que lo intrigó fue el título. Sin embargo, tuvo sus dudas al momento de encarar la historia, ya que jamás había hecho un western.
Scorsese explica que creció viendo westerns, pero sentía que después de La Pandilla Salvaje (The Wild Bunch, 1969), el género se había agotado y todo cambió. Por lo que se sentía nervioso de llevar al cine una historia así. Sin embargo, la relación entre la comunidad blanca y los Osage, y la fascinación general con la cultura originaria le parecieron extremadamente interesantes como para dejarlo ir.
Obviamente, el foco principal de la historia está puesto sobre los asesinatos, pero a diferencia de un whodunit clásico, lo que le pareció más intrigante a Scorsese es que lo realmente relevante en Killers of the Flower Moon no es descubrir quién lo hizo, sino quién NO lo hizo.
Porque en este caso, todos lo hicieron. Para el director allí estaba la historia, en que todos de alguna forma fueron cómplices, incluso solo girando su cabeza hacia el otro lado para evitar ser parte de alguna manera.
El cambio en la historia
Originalmente, Scorsese iba a seguir mucho más fielmente el material propuesto por el libro, que se enfoca principalmente en la investigación del FBI. Leonardo DiCaprio, de hecho, iba a interpretar al investigador del bureau, personaje que finalmente fue para Jesse Plemons, un hombre de pocas palabras que llega a Osage para cumplir su tarea y nada más.
Pero luego de pasar tiempo con la comunidad en Oklahoma, y escuchar sus historias, y en especial sobre Mollie y Ernest, reescribieron el guión. Killers of the Flower Moon pasó de tratarse sobre una investigación a ser una historia de amor, una historia sobre traiciones familiares, entre amigos, entre vecinos, un relato sobre personajes que toman malas decisiones incluso con buenas intenciones detrás.
Según revelan Scorsese y Rodrigo Prieto, director de fotografía, el guión fue permanentemente reescrito durante el rodaje, en base a la evolución de los personajes, el aporte de los actores, y la conexión generada con la comunidad Osage.
La relación con los Osage fue la clave de Killers of the Flower Moon
Para el director lo más importante era comprender por completo la cultura del pueblo Osage. De hecho, a pesar de que la película dura 3 horas y media, no pudo incluir tantos rituales como le hubiera gustado, quería que la película se sintiera prácticamente como un documental de los Osage y el valor de su cultura.
Hay una escena en la película, donde Ernest y Mollie están cenando y comienza a llover. Esa secuencia en particular, incluye no solo algo esencial de la cultura Osage, también marca una enorme diferencia con nuestra cultura, algo que Scorsese pudo reflejar muy bien gracias a una vivencia de su niñez:
“Mi abuela, solía decirme cuando era chico y corría alrededor de la casa, y de repente había una gran tormenta. Ella me decía que parara, me sentara, que dejara que el poder de la tormenta pase. La tormenta es un regalo de Dios. Esas son cosas que no se aprenden, que tienes que saber. Así que lo escribí, y está en la película”.
En la película, Mollie le dice a Ernest que tiene que estar callado, pero él no puede, mostrando la marcada diferencia en la forma en que los Osage experimentan la vida en contraste con nuestra cultura.
Los puntos en común entre DiCaprio y De Niro
En la conferencia, Scorsese recuerda que conoce a De Niro desde su juventud, mucho antes de que ambos comenzaran a recorrer su camino en la industria cinematográfica, por lo que ambos saben muy bien de dónde viene el otro. Algo que los ayudó en Mean Streets, ya que De Niro entendía de dónde venían esos personajes.
El director declaró que su unión y confianza se afianzó por completo en Toro Salvaje (Raging Bull, 1980), cuando De Niro le dijo que si la escena se veía mejor tomando su espalda y no su frente, así tenían que hacerlo. Lo que le demostró que no le importaba figurar, sino el arte en sí.
Con Leo, encontró la misma sensibilidad y valentía, algo que Scorse necesitaba para ponerse a sí mismo a prueba y aprender. Pero, principalmente, lo que admira de ambos actores es como le generan emoción de llegar a trabajar, proponiendo ideas, mostrando su compromiso cada día. El disfrutar trabajar con ellos, eso marca la diferencia.
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Killers of the Flower Moon recae en los personajes
A pesar de que Killers of the Flower Moon puede parecer un western como cualquier otro a simple vista, hay una importante diferencia, que fue precisamente lo más interesante para Scorsese. En un western, los roles de el bueno y el malo son muy marcados, pero en esta película, las relaciones son tan profundas entre los personajes que todo se vuelve gris.
Killers of the Flower Moon no presenta una masacre con 10 o 20 muertes en un solo acto, sino una lenta y minuciosa eliminación de una comunidad completa. Pero aún cometiendo actos tan atroces, el personaje de De Niro se mantenía como un hombre fuerte en la comunidad, un aliado de los Osage, un vecino querido e incluso amigo de muchos de ellos.
Películas como El Irlandés, Los Infiltrados, o prácticamente todas en la filmografía de Scorsese demuestran la importancia de desarrollar personajes que no son o blanco o negro, que se mueven en esa línea de grises que les aporta complejidad, y le dan profundidad a la historia.
Para Scorse ahí yacía la historia, en las relaciones, en la conexión, y en como eso hacía que pareciera que nada estaba sucediendo en la comunidad Osage, que eran hechos aislados. Pero en realidad era uno de los más queridos hombres de ese lugar el que los estaba destruyendo por dentro.
Por acá el trailer de la película: