Nuestra Jessi Blady tuvo la oportunidad de entrevistar a Andrew Haigh, la mente detrás de Todos Somos Extraños.
All of Us Strangers llega por fin a las salas de cine locales y pudimos hablar no sólo con su realizador, también con sus grandes estrellas: Andrew Scott, Paul Mescal y Claire Foy.
Este drama romántico con toques fantásticos, adaptado por Haigh de la novela Strangers (1987) de Taichi Yamada, se centra en Adam (Scott), un guionista que, tras un encuentro con su vecino Harry (Mescal), se ve arrastrado a la casa de su infancia, donde descubre que sus padres –fallecidos cuando él apenas tenía 12 años– todavía viven y parecen no haber envejecido ni un solo día.
¿Qué le atrajo a Haigh sobre la novela de Yamada? ¿Por qué decidió filmar en su casa de la infancia? ¿Qué papel juega la música pop en este relato sobre el duelo y la pérdida? Esto nos contó, en exclusiva, el realizador sobre su experiencia.
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La entrevista
LC: ¿Qué te inspiró para llevar a cabo esta adaptación, fue la novela o la película de Nobuhiko Obayashi?
AH: Definitivamente fue la novela y esa idea central de un guionista solitario que regresa y se reencuentra con sus padres, que se reencuentra con una versión de sus padres después de haberlos perdido. Había algo especial en esa idea, y no se trata solo de lidiar con el dolor.
También se trata de reencontrarte con tu propio pasado, enfrentarte a tu propio pasado y cómo eso te ayuda a desenredar tu infancia y tu vida para volver a unirla.
Hay mucho debate en Internet sobre la película, su significado y su final. ¿Estás al tanto de las teorías? ¿Creés que están bien encaminadas o se equivocan?
Soy consciente de que hay debate al respecto y disfruto de esa mirada. Sabía que estaba haciendo una película que puede estar abierta a la interpretación. Tengo mi propia interpretación de lo que sucede exactamente, pero sé que está abierta a la interpretación.
Creo que, para mí, lo más interesante es tu reacción sobre el final de la película. Depende de quién sos como persona. Depende de si sos heterosexual o gay, si sos hombre o mujer, si perdiste a tus padres o no, la edad que tengas, tu comprensión del amor, cómo ves el amor, cómo la cultura te ha expresado la idea del amor.
encuentro realmente interesante que puedas tener una idea diferente de la película en función de quién sos como persona y eso es algo emocionante para mí.
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Una historia queer con profundidad
¿Hay en la película un mensaje para la generación queer más joven?
Definitivamente estoy feliz de contar una historia basada en una generación específica de personas o en mi propia experiencia, y creo que la vida de las generaciones más jóvenes es muy diferente.
Por suerte, ha habido mucho progreso y siento que van a tomar de la película lo que quieran tomar. Creo que es interesante para las generaciones más jóvenes ver cómo pudo haber sido para la generación que creció en los años ochenta, lo difícil que fue y cómo tuvimos que luchar contra el estigma y la vergüenza que nos fueron impuestos.
Siento que, a veces, ni siquiera nosotros dentro de la comunidad somos muy compasivos con la experiencia de otras personas. En todo caso, me gustaría que los más jóvenes dijeran: “Está bien, entiendo que puede haber sido un poco difícil tiempo atrás y puedo ser compasivo con eso”. Pero también siento que, porque sos más joven y la vida es mejor, eso no significa que todo sea fácil. Para muchos sigue sin serlo.
¿Era importante para vos elegir a un actor gay para el papel protagónico?
Creo que no siempre es vital, creo que tenés que tomar esa decisión proyecto a proyecto y qué es lo mejor para ese papel. Tenés que hacerte muchas preguntas y una de ellas es: ¿Necesito a alguien que coincida con la sexualidad del personaje? Esa es una pregunta muy importante.
Con Andrew interpretando a Adam sabía que iba a tener muchos matices, y estaba intentando llegar a la experiencia de cierta generación de hombres homosexuales que no quería tener que explicarle a otra persona.
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Todos Somos Extraños: Imponente desde lo visual y sonoro
¿Tenías en mente el aspecto visual de la película durante el proceso de escritura del guion?
Sí, como soy director, obviamente, cada escena se dirige en mi cabeza mientras la escribo, así que todo el tiempo pienso en cómo va a lucir, cómo se va a sentir, cómo quiero que se sienta el público.
Queríamos –con el director de fotografía Jamie Ramsay y la diseñadora de producción Sarah Finlay– que todo se sintiera que viene desde dentro de Adam, que todo sea una representación de sus sentimientos.
Siempre tratamos de encontrar esas formas visuales de representar su estado mental y hacerlo de una manera que, poco a poco, llevara a la audiencia a esta especie de estado de sueño. Esa siempre fue nuestra ambición.
La música juega un papel fundamental en la historia y cómo conecta con las emociones de Adam. ¿Cómo elegiste cada una de estas canciones?
Fue un largo proceso de toma de decisiones y todas las canciones terminaron formando parte del guion. Todas son canciones que fueron importantes para mí, pero también importantes para la película en términos de hablar sobre las situaciones que estamos viendo en la pantalla. Creo que ese es el poder de la música pop.
Cuando sos chico, realmente no entendés el mundo. No entendés sobre el amor o sobre la vida. La música pop puede ayudarte a comprender emociones complejas y, a menudo, en un sentido dramático muy grande. Es por eso que los adolescentes y los chicos adoran la música pop y, a medida que crecés, hasta la edad adulta, es probable que la escuches un poco menos. Quería que esas canciones de los años ochenta signifiquen algo en la historia.
Por ejemplo, el tema de Pet Shop Boys. Me encanta la idea de que si hay una canción romántica, generalmente trata sobre una relación romántica, pero acá se convierte en una especie de disculpa entre una madre y su hijo, y eso es casi lo que dice la película: el amor de los padres y el amor romántico están muy entrelazados.
Son lo mismo y realmente esa es la naturaleza del amor: estar ahí para alguien más, ser compasivo con alguien más, preocuparse por alguien más. Se trata de lo que podés darle a otra persona.
¿Por qué decidiste filmar en la casa de tu infancia?
Me mudé del área cuando teníamos 9 o 10 años, pero tenía sentido filmar ahí. Cuando estaba escribiendo sobre el hogar de la infancia de Adam, no podía quitarme de la cabeza mi propia casa, y realmente me fascinó lo mucho que recordaba ese espacio de hace 40 años.
No he estado ahí durante cuatro décadas y podía recordar cada uno de los rincones. Así que, cuando llegó el momento de filmar, pensé que sería interesante hacerlo en ese lugar. Fue una forma de hacerlo más personal para mí, pero también de atraer a todos los demás a ese espacio y, de alguna manera, ayudó a que se apegaran más personalmente a él.
Todos hablaban de sus propias experiencias en sus propias casas y dónde crecieron, su relación con sus padres y las complicaciones de esa relación, por lo que fue realmente fascinante y le dio a la película una especie de extrañeza. Para mí fue como filmar en una casa embrujada, porque al estar en ese espacio me atormentaban mis propios recuerdos.
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