viernes, noviembre 22, 2024

El mundo del cine está plagado de éxitos y fracasos, de películas premiadas e ignoradas, y también de proyectos cinematográficos que jamás vieron la luz.

Mientras las redes se inundan de noticias falsas –culpa del Día de los Inocentes (April Fools’ Day) en algunos países del globo–, nosotros aprovechamos para repasar varios de esas producciones que, desde el vamos, sí parecían geniales, aunque nunca llegaron a concretarse. 

Grandes ideas, grandes realizadores… pero se convirtieron en películas truncadas que nunca hicieron su arribo a la pantalla grande, ya sea por problemas de presupuesto, porque no les encontraron la vuelta o porque los responsables decidieron ocupar su tiempo en otras cosas más interesantes. 

Nos quedará la duda de si hubiesen sido grandes éxitos o estrepitosos fracasos de taquilla, pero seguimos cruzando los dedos para que alguien se anime y tome la posta. 

Night Skies – Steven Spielberg

Tras el éxito de Encuentros Cercanos del Tercer Tipo (1977), el estudio –Columbia Pictures– quería desesperadamente una secuela. Spielberg, obviamente no, y se despachó con esta terrorífica idea basada en una historia real sobre un encuentro paranormal entre una familia de Kentucky y unos extraterrestres con muy mala onda. 

Night Skies fue bautizada como “Perros de Paja con alienígenas”, Spielberg contrató al guionista John Sayles y, al final, puso el proyecto en manos del director Tobe Hooper porque la creyó demasiado oscura para su gusto. El genio del maquillaje y los efectos especiales Rick Baker se encargó de diseñar las criaturas y todo estaba listo para empezar a rodar tras Los Cazadores del Arca Perdida, pero Steven decidió abandonar el proyecto y tomar varios de los elementos de la historia tanto para la realización de E.T. (1982) como para la más oscurita y terrorífica Poltergeist (1982).

Proyectos Cinematográficos Truncos: Night Skies
Amblin

Frankenstein – David Cronenberg

Imagínense una versión moderna del clásico de Mary Shelley en manos del maestro del ‘horror corporal’. La idea suena genial, por eso, a mediados de los años ochenta, el productor canadiense Pierre David se acercó al director con la premisa “David Cronenberg’s Frankenstein”, la cual captó la atención del realizador que, a los pocos días, se encontró con un impresionante anuncio sobre el futuro proyecto que lo presionaba desde las páginas de la revista Variety. 

Según Cronenberg, su visión sería más una reimaginación que una remake, conservando el concepto original de la autora sobre la criatura: un hombre inteligente y sensible, en vez de un monstruo deforme. Lamentablemente, el proyecto nunca pasó de la etapa de ‘idea’, aunque el director se dio el lujo de jugar varias veces al científico loco en otras de sus producciones como La Mosca (1986). 

Citizen Hughes – Christopher Nolan

Planeada como un proyecto posterior a Noches Blancas (2002), la biografía de Howard Hughes –supuestamente protagonizada por Jim Carrey– quedó archivada tras el anuncio de El Aviador (2004) de Martin Scorsese. La película de Nolan (para muchos, uno de sus mejores guiones) se basaba en Citizen Hughes: The Power, the Money and the Madness (1985) de Michael Drosnin y se enfocaba en las décadas más excéntricas del multifacético magnate. 

En algún punto, Warner Bros. intentó convencer al director de resucitar esta idea, pero tras la finalización de la trilogía del Caballero Oscuro, el inglés aseguró que ya no volvería sobre sus pasos y que ya había cubierto varias facetas de la historia al “encontrar a otro adinerado y atípico personaje que quedó huérfano a corta edad”. Eso sí, dijo que la escritura de ese guion le ayudó a delinear Oppenheimer

Proyectos Cinematográficos Truncos: Orson Welles
WB

Heart of Darkness – Orson Welles

Cuando Welles arribó a Hollywood en 1940, no sólo se aseguró un gran contrato con la gente de RKO, si no la posibilidad de tener absoluto control creativo sobre sus dos primeros proyectos. Uno de ellos terminaría siendo El Ciudadano (1941), aunque el primer guion cinematográfico que escribió –una adaptación del cuento psicológico de Joseph Conrad– tuvo toda la intención de convertirse en su primera película. 

La idea de Orson era filmar unos 165 paneos desde el punto de vista del protagonista (el capitán Marlow) a medida que se va adentrando en la jungla africana y en su propia muerte. Welles iba a ser el actor principal, pero tanta innovación tecnológica y alegoría sobre el fascismo puso nerviosos a los ejecutivos que no estaban tan convencidos de invertir su dinero en un material tan “comprometido” y desafiante para la época. 

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Napoleon – Stanley Kubrick

La fallida obra épica de Kubrick suponía un meticuloso estudio sobre el estratega que abarcaba gran parte de su vida, desde sus primeros años en París, pasando por el padrinazgo de varias familias influyentes. El director se obsesionó con el personaje y pasó varios años investigando y recolectando información, escribió un guion infinito, buscó todo tipo de locaciones en Francia e Inglaterra, y hasta solicitó los servicios del ejército rumano para las escenas de batalla. 

Tras barajar los nombres de Ian Holm, Alec Guiness, Laurence Olivier y Patrick Magee, David Hemmings se quedó con el protagónico del que sería el proyecto más ambicioso del realizador hasta la fecha. Al final, el estudio no quiso arriesgarse con semejante inversión –unos cien millones de hoy en día– y tras el fracaso de Waterloo (1970) de Sergey Bondarchuk, que se adelantó al proyecto de Stanley, incluso él se vio desanimado y abandonó por completo la idea. 

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Jefa de redacción. Nolaniana incurable. DC me da y me quita.