Repasamos 5 títulos clásicos del cine que ahora son de dominio público, y se encuentran al alcance de un click.
Mientras algunos estudios se pelean con uñas y dientes para asegurarse los derechos de ciertas obras y personajes, existen muchos elementos del patrimonio intelectual que carecen de restricciones (y protección) sobre los derechos de autor establecidos, ya sean obras literarias, artísticas o científicas.
En pocas palabras, son de dominio público, y cualquiera puede hacer uso –y abuso– de ellas sin miedo a enfrentar un juicio por infringir la ley de copyright. Se entiende que estas propiedades pasan al dominio público a los 50 años de la muerte de su autor, aunque hay países que han extendido el plazo hasta los cien años; o excepciones como la llamada “Ley de Protección de Mickey Mouse” (en vigencia desde 1998), que establece que ninguna obra estadounidense pasará al dominio público hasta el año 2019.
Existen más de 60 mil horas cinematográficas disponibles para ver a través de sitios como Internet Archive o simplemente YouTube. Películas y cortos que siempre han pertenecido al dominio público o aquellas en las que sus derechos de autor ya expiraron, entre ellas, estas cinco recomendaciones imperdibles.
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La Noche de los Muertos Vivos (Night of the Living Dead, 1968)
Un grupo de personas se refugia en una granja luego de que los muertos decidieran volver a la vida y salir de sus tumbas en busca de carne fresca y tripas para alimentarse. Una noche de locura claustrofóbica donde lo más importante es la supervivencia. Esta oda hemoglobínica cargada de violencia gráfica, además, es un profundo análisis sociocultural de las conductas humanas.
Todo un paradigma del subgénero de muertos vivos (antes de que los etiquetaran como zombies) y una de las obras más influyentes del terror de todos los tiempos, cortesía de George A. Romero en su debut cinematográfico. Durante su producción se barajaron diferentes títulos –Night of Anubis y Night of the Flesh Eaters–, una de las causas por las cuales pasó a formar parte del dominio público. Walter Reade Organization, distribuidora original, no incluyó la famosa letra chiquita como marcaba la ley en su momento, y los derechos de autor fueron revocados.
Charada (Charade, 1963)
Cary Grant, Audrey Hepburn, Walter Matthau, James Coburn y George Kennedy, entre otros, son los protagonistas de este clásico del gran Stanley Donen. La comedia romántica y el suspenso se entremezclan en la historia de Regina Lampert (Hepburn), una americana con base en París que decide divorciarse de su esposo debido a una serie de secretos y mentiras que envuelven su matrimonio.
El señor Lampert muere en extrañas circunstancias antes de firmar los papeles, obvio, pero parece que tenía sus propios planes para escaparse con todo el dinero de sus posesiones. Así, la viuda descubre que su esposo escondía un pasado bastante turbio, el que amenaza con regresar para hacerse con el botín desaparecido.
El Extraño (The Stranger, 1946)
La tercera película de Orson Welles es un dramático film noir centrado en el señor Wilson (Edward G. Robinson), un investigador de crímenes de guerra que logra rastrear a Franz Kindler (Welles), un alto mando del partido Nazi fugitivo, hasta un pueblito de Nueva Inglaterra.
Una historia original de Victor Trivas que muestra, por primera vez en las pantallas de Hollywood, material documental sobre el Holocausto. El film entró al dominio público en 1973 cuando su copyright –perteneciente a The Haig Corporation– no fue renovado.
El Maquinista de La General (The General, 1926)
Más allá de la comedia y el slapstick, este clásico del cine mudo –co dirigido y protagonizado por Buster Keaton– está basado en un hecho real ocurrido en el año 1862, durante la Guerra Civil, conocido como la gran persecución en locomotora. Johnny Gray (Keaton) es maquinista en un estado del sur y tiene dos grandes amores: Anabelle Lee (Marion Mack) y La General (una locomotora).
Al estallar el conflicto bélico intenta alistarse, pero el ejército considera que será más útil trabajando en la retaguardia. Finalmente, Johnny puede demostrar todo su valor cuando un comando del norte se infiltra en las líneas enemigas, robando La General y secuestrando a su chica. La película, considerada de las mejores de Keaton, en su momento se convirtió en su fracaso de taquilla más ostentoso.
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La Quimera del Oro (The Gold Rush, 1925)
Un clásico de clásicos del cine mudo (aunque fue reestrenada en 1942 con sonido). En esta oportunidad, Charlot (Charles Chaplin), el vagabundo, se convierte en un buscador solitario que, como tantos otros, es atraído hasta Alaska por la fiebre del oro. En medio de una tormenta, se ve obligado a refugiarse en una cabaña aislada en las montañas donde se encuentra escondido Black Larsen, un asesino que acaba de fugarse de la prisión.
Las confusiones y los enredos no se hacen esperar, tampoco el amor hacia la bella Georgia, a quien conoce en un cabaret. La película entró al dominio público en 1953 porque los propietarios del copyright no lo renovaron de acuerdo a las leyes estadounidenses. Igual, los herederos de Carlitos hicieron todo lo posible para frenar la distribución, al menos, fuera de los Estados Unidos.
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