Celebramos el aniversario de uno de los más grandes clásicos de culto del género de horror, The Evil Dead.

Como muchas de las grandes obras del cine independiente, Diabólico comenzó con una gran amistad. Sam Raimi y Bruce Campbell eran compinches desde la secundaria donde habían realizado varios cortos en Super-8, muchas veces, con la colaboración de Ted, el hermano menor de Sam. Inmediatamente, Campbell se transformó en el ‘actor’ recurrente de estas obras primigenias, por la simple razón de ser el más fachero del equipo; o sea, el que más atraía las miradas del público femenino de la escuela.

Después de varias historias humorísticas, al joven Sam le pico el bichito del terror, más específicamente. Embebido en los clásicos del género que proyectaba el autocine de su ciudad, Raimi se fijó la meta de convertirse en director y realizar su primera película de sustos. La estrategia que tenía en mente era bastante buena: primero, filmar un cortometraje que atrajera el interés de los productores, y luego usar el dinero recaudado para financiar la película completa. 

Así nació Within the Woods (1978), un ‘prototipo’ de 30 minutos de duración protagonizado por Campbell y Ellen Sandweiss, apenas una muestra de la trama de Diabólico, que costó solo 1600 dólares. Raimi necesitaba unos cien mil para cumplir su sueño, y cruzaba los dedos para que el cortometraje pudiera captar la atención y que “los inversionistas creyeran en el proyecto”.

Para generar fondos extra, el realizador debutante se acercó a Phil Gillis –abogado de uno de sus amigos–, quien le ofreció todos los consejos legales que pudo para llevar adelante la película. Con las sugerencias a cuestas, Sam salió a pedir donaciones, y hasta suplicar por dinero a familiares, conocidos y todas las personas que creyó podían estar interesadas. A la larga, logró juntar los fondos necesarios para arrancar la producción, aunque no los suficientes, pero su debut en la gran pantalla –así como el de Campbell– estaba a la vuelta de la esquina. 

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Con perfil bajo

Diabólico se llevó a cabo bajo la producción de Renaissance Pictures, compañía súper independiente creada por Raimi, Robert Tapert y Campbell para este propósito. El rodaje comenzó en 1979 con un equipo técnico de 37 personas, incluyendo a los actores que ya habían aparecido en Within the Woods, más los que se sumaron en un casting abierto: Richard DeManincor (Scott), Betsy Baker (Linda) y Theresa Tilly (Shelly). 

La idea de Raimi era filmar en una cabaña de Michigan, su ciudad natal, pero como no pudo encontrar ninguna disponible, mudó la producción hacia Tennessee donde dio con la casucha que terminó siendo el escenario de esta historia cargada de gore. Tras acondicionarla de arriba abajo –el lugar estaba en condiciones deplorables y no contaba con electricidad ni líneas telefónicas–, pusieron manos a la obra, pero todavía faltaba un detalle: la cabaña en cuestión no tenía sótano. La mayoría de esas escenas se completaron en una bodega de piedra de la granja de la familia de Tapert y en el garaje de Sam.

Diabólico se filmó durante seis semanas en el invierno de 1979-1980, por lo que el frío se hizo notar. Casi todos los miembros del elenco y el equipo técnico coinciden en que esta fue una de las peores experiencias de sus vidas, debido a las bajas temperaturas, la logística y el hecho de que el estilo fílmico de Sam tomaba un tiempo interminable.

Este ‘estilo’ acompaña a Raimi hasta el día de hoy: ángulos complicados y movimientos vertiginosos de cámara que, acá, tuvieron que ser improvisados a base de troncos y tablas montados sobre los hombros de los técnicos o una simple bicicleta. A pesar de las penurias, la toma subjetiva del espíritu del bosque se convirtió en una marca registrada.

Con el visto bueno de Stephen King y el apoyo del productor Irvin Shapiro, Diabólico consiguió distribuidora para su estreno en los Estados Unidos y el resto del mundo, logrando recaudar dos millones y medio de dólares, muchísimo más que su escueto presupuesto de 350 mil dólares. Así, la primera película de Sam Raimi, su “rito iniciático”, se convirtió en uno de los clásicos del terror independiente más celebrados, y en un hermoso placer hemoglobínico que este 15 de octubre cumple, nada más ni nada menos, que 43 años de historia. ¡Groovy!

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¿De qué se trata The Evil Dead?

La premisa es simple y una que todos conocemos al dedillo. Cinco amigos universitarios –Ash (Campbell), su novia Linda (Betsy Baker), su hermana Cheryl (Ellen Sandweiss), su gran amigo Scott (Richard DeManincor) y la novia de este, Shelly (Theresa Tilly)– deciden pasar un fin de semana en una alejada cabaña en los bosques de Tennessee. Desde que llegan al lugar todo parece un tanto tenebroso, pero no van a dejar que las apariencias arruinen la diversión. 

Durante la primera noche, ruidos extraños guían a los muchachos hacia el sótano de la casucha donde encuentran varios objetos misteriosos, entre ellos el Naturom Demonto (la versión sumeria de El Libro de los Muertos, encuadernado en piel humana y escrito con sangre), junto con unas grabaciones realizadas por el antiguo dueño del lugar. Tras escuchar la cinta y la voz del arqueólogo recitando ciertos pasajes del libro, los espíritus aletargados que rodean el bosque deciden despertar y clamar por la sangre de los jóvenes. El resto… se lo pueden imaginar. 

Algunos datos curiosos

• Uno de los camarógrafos se tropezó durante el rodaje rompiéndole varios dientes a Campbell con la cámara.   
• Sam Raimi y Rob Tapert interpretan a los pescadores que saludan por el camino al principio de la película.  
• La cámara llegó a congelarse por las bajas temperaturas de Tennessee y hubo que ponerla frente a la chimenea para descongelarla. 
• Betsy Baker (Linda) perdió las pestañas al momento de remover el maquillaje prostético de su cara. 
• Las vísceras de zombie no son otra cosa que choclo cremoso teñido de verde.    

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