sábado, noviembre 23, 2024

Jon Brown, creador de la nueva apuesta de HBO, La Franquicia, revela el camino que lo llevó a esta nueva serie que reflexiona sobre la industria cinematográfica.

Antes de convertirse en el creador, productor ejecutivo, escritor y showrunner de The Franchise, Jon Brown pasó por Succession (2018-2023), Veep (2012-2019) y Avenue 5 (2020-2022); estas dos últimas creadas por Armando Iannucci. Ahora vuelven a juntarse –con la colaboración de Sam Mendes– para la nueva comedia original de HBO, disponible desde el pasado 6 de octubre. 

La historia se centra en el detrás de cámaras y el equipo técnico de la próxima entrega de una franquicia cinematográfica que lucha por encontrar su lugar, y el éxito, en el turbulento presente de la industria. La sátira (tan propia de sus creadores) nos mete de lleno en el caos que se esconde en el mundo del cine superheroico para plantear la pregunta: ¿cómo se hacen exactamente estas películas? Y, de paso, revelar los pormenores de todo aquello que puede salir mal. 

Himesh Patel, Aya Cash, Jessica Hynes, Billy Magnussen, Lolly Adefope, Darren Goldstein, Isaac Powell y estrellas invitadas como Richard E. Grant y Daniel Brühl nos muestran que la ficción no está tan alejada de la realidad, cuando Tecto: Eye of the Storm, la película en cuestión, debe balancear el estilo autoral de su director (Brühl) con las exigencias del estudio. ¿Cómo surgió la idea de La Franquicia? Esto contó Brown sobre el proceso y sus personajes. 

Anteriormente, colaboraste con Armando Iannucci en la comedia de HBO Avenue 5. ¿Qué te gustó de ese proceso que hizo que la perspectiva de ponerte al frente de La Franquicia fuera tan atractiva para vos, como escritor y productor? 

Jon Brown: Lo que aprendí al trabajar con Armando en Avenue 5 fue cómo trabajar con un gran elenco y crear mundos que involucran jerarquías de poder. El mundo del cine parecía prestarse a una serie de televisión que tenía una estructura de poder y una jerarquía clara, desde los productores ejecutivos hasta el equipo de producción. Intentamos poblar este mundo lo más ricamente posible. Lo que le gusta hacer a Armando –y lo que también aprendí a hacer en Succession– es crear, dentro de ese universo, lo que llamamos ‘actos dobles’ o intentar mezclarlo en términos de dinámica entre los personajes.

Al principio, decidimos explorar lo que sucede entre los personajes de Adam (Billy Magnussen) y Daniel (Himesh Patel). Con ellos tenés un actor delicado con una autoestima frágil y un primer A.D. (asistente de dirección) cuyo trabajo es mantener todo junto. Te ayuda a encontrar personajes y actores más elásticos, en lugar de estar simplemente en el mismo tono. Para mí, entrar en la serie fue, en gran medida, como una hoja de papel en blanco, en el sentido de que teníamos un mundo, pero no teníamos una manera de entrar en él; no teníamos un ángulo. La participación de Armando ciertamente sugería un cierto tono, pero dentro de eso todavía había mucho por descubrir.

La serie se concibió hace unos seis años, en el apogeo de las franquicias y las películas de superhéroes, pero el mercado (y las percepciones de los fanáticos) de estas películas cambiaron considerablemente desde entonces. ¿Cómo abordás estas realidades en la serie?

JB: Sí, comenzamos durante un auge de contenido, cuando se hacían muchas franquicias, muchos programas de televisión y muchas películas. Cuando comenzamos a filmar el primer episodio se había puesto el freno a varios de estos proyectos y la historia era: “Les hemos dado a los fanáticos demasiado contenido y ahora vamos a reducirlo”. 

Lo que más me interesa (como en Sucesión, pero también al estudiar este mundo) es su aspecto corporativo. Existen todas estas fuerzas que afectan la película que se está haciendo. Algunas de ellas son egoístas, otras son prácticas y otras son presiones corporativas. Las personas por encima de los realizadores: ¿Cuáles son sus agendas y cómo afectan la película que se está haciendo? También hay fuerzas culturales en juego, como si una película podría considerarse misógina o si estaba preparada para estrenarse en China. ¿Qué significa todo esto para la cinta?

Entonces, a menudo adoptamos el enfoque de: ¿Cuál es el tema, o quién o cuál es el objetivo de cada episodio? Y eso no es para todos los capítulos, pero estaba realmente interesado en que la serie también fuera una comedia en el lugar de trabajo. Eso fue importante porque esos son, a menudo, mis programas favoritos. Y este universo se siente como un lugar de trabajo con el que es muy fácil identificarse.

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La franquicia comienza durante la producción de una película de superhéroes dirigida por un estimado cineasta llamado Eric, interpretado por Daniel Bruhl. ¿Por qué elegiste este punto de entrada en particular para la historia?

JB: Para mí era importante que, antes de alterar la producción y que empezaran a aparecer las grietas, pudiéramos ver cómo es en toda su pompa. Entonces, cuando conocemos a Eric por primera vez, él está en la cima de sus poderes. Luego se entera de que el estudio pasará por el set. Lo que tiende a suceder en estas grandes películas y series de franquicias es que, si no escuchas mucho del estudio, eso significa que todo está genial. 

Entonces, en nuestro primer episodio, escuchan que el estudio viene a saludar, pero descubrimos que están en una especie de misión secreta; que tienen la intención de sustituir a su productor por un productor del estudio. Y ese es el comienzo del debilitamiento de la idea que Eric tenía de la película.

Y mientras vemos cómo se desarrolla esto, inicialmente a través del punto de vista de Eric, la serie hace un gran trabajo al abordar el pánico que experimenta cada miembro del equipo. ¿Cómo lo equilibraste desde la perspectiva de la narración?

JB: Creo que es difícil para el público preocuparse únicamente por la visión del personaje del director. Pero si contás esa historia desde la perspectiva de las personas que trabajan debajo de él, los que tienen que intentar evitar que el equipo se amotine, se siente mucho más identificable. Algo sobre lo que también quería escribir en esta serie es cómo la figura del ‘director de cine’ se encuentra en una posición realmente interesante. 

Parecen tener todo el poder y la autoridad, pero muy a menudo, en las películas de franquicia, se les quita el poder. La película se está haciendo en otro lugar o a sus espaldas. En realidad, es muy raro que despidan al director de una película de una gran franquicia porque tiene malas relaciones públicas. Muy a menudo lo que sucede (y hemos oído que esto le sucede a la gente) es que empiezan a perder la película en pequeños grados. 

Luego, de repente, descubren que hay otra unidad que está filmando algo que no sabían, o que la película se está cortando en una sala diferente y esa es la edición real. Es horrendo y humillante. Pero luego, cuando se estrena y es buena, la gente piensa: “¡Oh, todo fue gracias a vos”, así que de alguna manera salís ganando. Es un cambio interesante en nuestra cultura cinematográfica: querés al director por su caché, pero en realidad no querés que esté a cargo de tu película porque es parte de un negocio corporativo más grande.

Una cosa que quería dejar clara es que esta no es una serie sobre un grupo de personas incompetentes que están haciendo una gran película y fracasan. Es lo contrario de eso. Es un grupo de artesanos que están haciendo algo que, debido a una serie de fuerzas culturales, políticas y económicas, termina siendo increíblemente tonto.

Lo desgarrador es que hay gente que es realmente buena en su trabajo y hace diez o veinte años, probablemente, hacían películas muy buenas. Pero hoy en día, las películas de franquicia son (a menudo) lo único que hay disponible. Especialmente para el personaje de Eric, queríamos observar el mito del ‘maestro’ y el ‘genio’. Hay una escena en la que el personaje de Daniel (Patel) dice: “Eric no es un genio, pero sabe dónde poner la cámara”. 

Y Bruhl es genial al demostrar que Eric es creíble, pero es bastante susceptible de elogios; su confianza es frágil. Daniel no ha hecho mucha comedia, lo cual es increíble porque es muy divertido. Lo interpreta de manera 100% real y aporta mucha profundidad a algo que, en otras manos, podría haber parecido una especie de caricatura. Eso fue algo de lo que fui consciente desde el principio. También me preocupaba cómo interpretar a Adam, el protagonista de la película.

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Y ¿cómo podés hacer que un personaje de estrella de cine sea identificable?

JB: Queríamos que él y Eric se sintieran frágiles y vulnerables. Le estás pidiendo a la audiencia que apoye a un tipo que, probablemente, sea multimillonario, guapo y muy exitoso. Intentábamos encontrar las vulnerabilidades con él y rápidamente descubrimos que Billy (Magnussen) puede hacerlo muy bien. Es increíble al cambiar de marcha cuando pasa de ser muy optimista, en apariencia, a mostrar inmediatamente que la fachada se agrieta.

¿Podés hablar un poco sobre el elenco y lo que buscabas en el proceso de casting?

JB: Estuvieron brillantes. Estábamos interesados ​​en que esta película [ficticia] se ubicara fuera del universo de Marvel y DC, por lo que necesitábamos seleccionar personas que no tuvieran una relación inmediata con esas franquicias, ¡lo cual es realmente difícil! Para el personaje de Billy, fue complicado encontrar a alguien que tuviera el físico y pudiera actuar como un héroe de acción, pero también como el tipo que lo interpreta. 

Es asombroso. Richard E. Grant fue la única excepción a la regla anterior porque trabajó en muchas de estas películas y con mucho éxito. Pero necesitábamos a alguien que desempeñara su papel y que tuviera verdadera seriedad y peso. Hay una escena en la que su personaje se reduce a mirar una pelota de tenis y hacer una mueca estúpida. Al final explota. Para que eso funcionara, necesitábamos un actor que realmente tuviera peso.

Mencionaste que, primero, ves esta serie como una comedia en el lugar de trabajo. ¿Podés explicar un poco cómo ese género influyó en el tono de La Franquicia?

JB: Una comedia, realmente buena, ambientada en el lugar de trabajo es una de mis cosas favoritas. El lugar de trabajo particular en nuestro programa es muy intenso, específico y extraño, pero incluye muchas cosas que también son universales, como trabajar dentro de una estructura donde tu jefe te pide que hagas cosas locas que te rompen el corazón por dentro y aun así tenés que ir todos los días y hacerlo (risas) Pero también querés que un programa como este tenga un toque satírico, ¿verdad?

Para mí, también era importante que la serie tuviera verdadero corazón y alma. ¿Cómo son los humanos que trabajan dentro de esta máquina? ¿Qué está pasando dentro de sus cerebros? ¿Cómo se sienten con respecto a lo que están haciendo? Tenés a alguien como el personaje de Daniel (Patel), a quien realmente le encantan estas películas –como a mí–, pero secretamente siente que podría estar en el lado equivocado de la historia. Él no es el héroe; más bien, podría estar ayudando a provocar la caída de lo que ama. Entonces, ¿qué le hace sentirse así? Himesh es tan brillante al mostrar esa humanidad. Hay tanta alma en sus ojos. Simplemente sentís el dolor.

La serie no es tan abrasiva ni dura como podría ser: tiene un toque más suave. Eso es algo a lo que uno de nuestros EP y escritores, Tony Roche, me impulsó desde el principio. Trabajamos juntos tanto en Succession como en Avenue 5, y me dijo: “No hagas esto sobre personas siendo groseras entre sí en una habitación”. Se trata de encontrar espacios de tiempo donde los personajes pueden, simplemente, sentarse y descubrir algo sobre cada uno como: “Dios, no sabía que estabas casado” o “Trabajé con vos durante seis meses y no sabía que tenías hijos”. Terminás formando vínculos muy estrechos e intensos con tu equipo, pero casi no sabés nada sobre estas personas (risas).

Los une una pasión compartida por contar historias, incluso en las condiciones más agotadoras.

JB: Sí. Y es algo trágico, en cierto modo, que su ‘glamour’ todavía atraiga a la gente. Sigue siendo algo embriagador y cuando estás en un set, sentís que estás cerca de ello. Pero si estás trabajando en el set como asistente de producción y querés ser escritor, estás cerca y es tentador, pero en cierto modo estás más lejos. Además, al hacer ese trabajo, no tenés tiempo para hacer lo que deberías hacer, que es escribir y dirigir. El personaje de Daniel tiene ambiciones latentes de dirigir, pero ¿cómo puede dirigir algo cuando su vida es estar de guardia las 24 horas del día? El trabajo de un 1er AD es increíblemente estresante. Estás en el centro de la red de todo. Nadie nunca dice gracias. No obtenés el crédito y tenés niveles máximos de estrés. Los matrimonios se rompen, se vuelven alcohólicos, fuman o corren maratones; hacen cosas extremas para afrontar este trabajo increíblemente estresante.

¡También escuchamos que los primeros A.D. tienen la misma esperanza de vida que los apoyadores de la NFL! Terminan recibiendo reemplazos de rodilla cuando tienen alrededor de 50 años. Es un mundo implacable. Contienen todo el estrés, mantienen todo junto y lidian con egos. Están en las sombras. Al principio, es posible que la gente no sepa realmente lo que hacen. Y eso fue muy importante desde el inicio, para poder descubrirlo como parte del programa: ¿cuál es su punto de vista? Me pareció que el punto de vista del 1er A.D. era, definitivamente, el más divertido.

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Jefa de redacción. Nolaniana incurable. DC me da y me quita.