Celebramos el aniversario de uno de los más grandes clásicos del cine de fantasía, El Cristal Encantado de Jim Henson.
Al momento de su estreno, The Dark Crystal podía describirse como la única película de acción real en la que no aparece ningún personaje de carne y hueso. Claramente no es una cinta animada, y si no fuera porque en algunas tomas panorámicas los gelflings son ‘interpretados’ por actores, podría haber sido la primera película live action sin humanos delante de las cámaras. Como muchos de los trabajos de Jim Henson, esta aventura fantástica sigue siendo “incatalogable”, en el mejor sentido de la palabra: demasiado oscura y desdeñada para los estándares del entretenimiento familiar de la época, aunque convertida en una amada obra de culto a través de los años.
La historia de los skeksis, los urRu y los gelfling comenzó a tomar forma en la cabeza de Henson alrededor de 1975-1976, cuando se cruzó con un libro de poesías de Lewis Carroll ilustrado por Leonard B. Lubin. La imagen de unos cocodrilos palaciegos ataviados con túnicas y joyas elaboradas fue uno de los tantos puntos de partida visuales para la película, que también bebe de algunos conceptos de The Land of Gorch, un fallido segmento con marionetas de Saturday Night Live, creado por el propio Jim.
En febrero de 1978, Henson y su hija Cheryl quedaron varados en un hotel del aeropuerto John F. Kennedy, de Nueva York, a causa de una tormenta de nieve. La espera ayudó a delinear los detalles del universo del film, y esas notas pronto se convirtieron en la inspiración para un nuevo guion. Una vez finalizado el rodaje de Llegan los Muppets (The Muppet Movie, 1979), el realizador puso manos a la obra a partir de ese ecléctico borrador de 25 páginas con el título tentativo de “The Crystal” (El Cristal). No todos los conceptos llegaron al producto final, pero la idea general siempre prevaleció, así como los matices filosóficos originados en El Material Seth (Seth Material) de Jane Roberts.
“El núcleo espiritual de El Cristal Encantado está fuertemente influenciado por Seth. Siempre sentí que la idea de seres perfectos divididos en una parte mística buena y una parte materialista malvada, que se reúnen después de una larga separación, es la respuesta de Jim a las enseñanzas de ese libro”, comentó el guionista David Odell, haciendo hincapié en que el director y titiritero pensaba que esta filosofía abría una forma completamente diferente de ver la realidad, uno de sus objetivos en la creación de la película.
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TODO COMIENZA A TOMAR FORMA
La incorporación de Brian Froud fue determinante para la producción. El diseñador es responsable de la apariencia de casi todos los aspectos del film, desde las criaturas y los paisajes hasta la tipografía de los títulos de apertura. Froud comenzó a trabajar sin un guion definitivo y malinterpretó muchas de las ideas iniciales de Henson, aunque el enfoque del artista y su conceptualización del cristal fascinaron a Jim, quien no dudó en integrarlos a su historia.
La película se filmó entre abril y septiembre de 1981, en los estudios Elstree de Inglaterra y en escenarios naturales de las Tierras Altas de Escocia, Gordale Scar (North Yorkshire) y Twycross (Leicestershire). Henson y Frank Oz –en su debut como realizador– compartieron crédito en la dirección, pero según el propio Jim, “Sus fortalezas radicaban en componer tomas y movimientos de cámara, mientras que Oz estaba más en sintonía con el desarrollo de los personajes y la dinámica de cada escena”.
El Cristal Encantado y toda su innovación en materia animatrónica llegaron a las salas de Estados Unidos el 17 de diciembre de 1982, con críticas mixtas –muchos alabaron los aspectos técnicos, pero para otros el enfoque de los títeres no era realista– y un presupuesto estimado en 15 millones de dólares; inversión que se recuperó ampliamente (no tuvo una gran campaña publicitaria) con los poco más de 40 millones recaudados. Los productores no tenían mucha fe en esta oscura aventura infantil que recibió más consideración y cariño con el correr de las décadas. En su momento, ni Henson ni Oz abogaron por una secuela, pero el universo de Thra, en la pantalla, al final se expandió con El Cristal Encantado: La Era de la Resistencia (The Dark Crystal: Age of Resistance, 2019), la serie de Netflix que, lamentablemente, solo tuvo una temporada.
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¿DE QUÉ SE TRATA?
Mil años pasaron desde que se quebró el Cristal de la Verdad y aparecieron dos nuevas razas en el planeta Thra: los malvados skeksis, quienes abusaron de su poder y corrompieron el cristal para extender sus propias vidas, y los gentiles místicos, los cuales se resguardaron en el Valle de las Piedras aguardando su destino.
Mientras en el castillo de los skeksis deben elegir a un nuevo emperador, el líder de los místicos instruye a su joven discípulo, Jen –el único sobreviviente de los gelfling–, sobre una profecía que puede restaurar el orden cuando se produzca la conjunción de los tres soles. Jen no conoce el mundo exterior, aunque acepta la misión de encontrar a Aughra, guardiana de los secretos y del fragmento cristalino que debe ser restablecido. La odisea es peligrosa, pero el gelfling está dispuesta a dejar sus miedos de lado para descubrir la verdad sobre su mundo y el hecho de que, en realidad, no está tan solo.
Algunos datos curiosos
- La fascinación de Froud por las langostas influyó en los toques crustáceos que impregnó en el diseño de la película, particularmente el de los garthim.
- El lenguaje inventado de los podlings, y el de Kira cuando habla con los animales, contiene varias palabras croatas, serbias y bosnias.
- Mithra era el nombre original que Henson ideó para el planeta, pero sonaba muy parecido a un dios persa. Por eso se cambió a Nithra y finalmente se acortó a Thra.
- Los trajes de los garthim eran tan pesados que los intérpretes debían ser ‘colgados’ de un gancho, con todo y vestuario, cada cinco minutos para descansar.
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