En el día de la entrega de los Oscar 2025, reflexionamos sobre algunas cuestiones y reglas, y cómo han evolucionado con el tiempo.
Hay un antes y un después de la 81° entrega de los Premios de la Academia, el año en que Slumdog Millionaire (2008) se llevó ocho estatuillas –incluyendo la de Mejor Película y Mejor Director para Danny Boyle– y Batman: El Caballero de la Noche (The Dark Knight, 2008) quedó excluida de las categorías principales, exceptuando ese inevitable galardón para Heath Ledger. Para muchos, ‘el fin de una era’ que dominó gran parte de las ceremonias de los años ochenta, noventa y principios de los dos mil, donde la cinta más nominada (casi por default), solía ser la gran ganadora de la noche.
Para el año 2010, la Academia de Hollywood decidió cambiar varias de sus reglas. Por un lado, expandió la categoría de Mejor Película a un máximo de 10 nominadas (y un mínimo de siete, regla que volvió a cambiar en 2022 para fijarse en un total de 10). Por el otro, cambió su sistema de votación para la categoría principal, de la elección directa al voto preferencial, donde los miembros eligen su producción favorita, enumerando las candidatas del 1 al 10.
5 ESTRENOS DESTACADOS QUE LLEGAN AL CINE
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Este nuevo sistema de votación, sumado a una membresía cada vez más amplia, diversa e internacional –en respuesta a la falta de representación entre los nominados, además de movimientos como #OscarsSoWhite–, dieron como resultado el fin de los ‘monopolios’: esas películas que arrasaban con el grueso de las estatuillas, rompiendo récords como Titanic (1997) o El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey (The Lord of the Rings: The Return of the King, 2003), la última producción en ganar 11 premios Oscar.
El voto preferencial y la inclusión de más producciones internacionales, independientes o cercanas a los géneros, también provocó cierto ‘caos’, al menos, para los pronosticadores. Muchas de las reglas que se venía utilizando para predecir a los posibles ganadores, dejaron de aplicarse, justamente, porque las variables comenzaron a cambiar.
Sí, los precursores –premios que se entregan antes de la ceremonia, ya sean de la crítica o la industria– siguen teniendo su peso para entender por dónde van los gustos de la temporada, pero todo puede virar si el ‘momentum’ de una película se impone por sobre la favorita. Pasó con Parasite (Gisaengchung) en 2020 y con CODA en 2022, cuando el impulso final de los votantes inclinó la balanza, dejando en el camino a las predilectas: 1917 y El Poder del Perro (The Power of the Dog), respectivamente.
ESCÁNDALO EN LAS VOTACIONES DE LOS OSCAR
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“Las reglas se hicieron para romperse”, y aunque venimos de dos años seguidos donde la ganadora a Mejor Película no tuvo rival y arrasó con la mayoría de los premios –Todo en Todas Partes al Mismo Tiempo (Everything Everywhere All at Once, 2022) y Oppenheimer (2023) se llevaron siete estatuillas cada una–, la repartija de galardones se sintió un poco más justa y con un enfoque más global.
Después de arrancar la temporada de premios con algunos tropiezos, Anora es la clara favorita, pero todo puede pasar este domingo cuando se lleve a cabo la 97° entrega de los Oscar. La dramedia de Sean Baker aspira a seis estatuillas; podría ganar la mayoría –incluyendo cuatro para el realizador– o triunfar con un mínimo tres, dos o hasta un solo galardón, si los votantes no se deciden y prefieren repartir la cosecha. No sería la primera vez.
En años recientes, CODA, Nomadland, Green Book, Moonlight y 12 Años de Esclavitud (12 Years a Slave) se llevaron tres Oscar cada una, en una combinación de película-guion-actuación o película-director-actuación; mientras que En Primera Plana (Spotlight) apenas consiguió los premios a Mejor Película y Guion Original. Tenemos que irnos hasta el año 1935 para encontrar la última película ganadora con solo la estatuilla principal: Motín a Bordo (Mutiny on the Bounty) de Frank Lloyd, la que aspiraba a un total de ocho premios de la Academia y se fue de la ceremonia con solo un hombrecito dorado.
Es poco probable que Anora –Cónclave o El Brutalista (The Brutalist), si hay grandes sorpresas– se sume a esta vieja estadística, pero no significa que, en los próximos años, con una Academia cada vez más diversa, esto vuelva a suceder. Ya no hay reglas escritas en piedra; años y años de cánones y patrones pueden cambiar, dando paso a temporadas de premios más impredecibles, donde la mayoría de las películas nominadas ya no se vayan con las manos vacías.
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