Levante la mano quien no ha ido alguna vez de campamento, ya sea por propia voluntad para disfrutar de las maravillas de la naturaleza u obligados por los adultos, que buscaban ‘deshacerse’ de nosotros por unos cuantos días. 

Entre canciones de León Gieco (¿?) a la luz de una fogata, comida de dudosa procedencia y extraños sonidos de animales, cada experiencia varía, pero en la mayoría de los casos suelen ser muy divertidas y agradables. Muchos ejemplos de esta lista no corren con la misma suerte y les tocó lidiar con psicópatas asesinos o algún bicho mala onda con ganas de arruinar las vacaciones. 

Moonrise Kingdom: Un Reino Bajo la Luna (Moonrise Kingdom, 2012)

La imaginación de Wes Anderson nos traslada a una idílica islita de Nueva Inglaterra, en la década del sesenta, donde un huérfano boy scout del campamento Ivanhoe y una bella jovencita deciden promulgar su amor adolescente y escapar de los adultos. La búsqueda moviliza a todo el pueblo, pero antes de ser encontrados logran pasar ese momento único en su improvisada acampada en el ‘Reino Bajo la Luna’. 

La nostalgia, el optimismo, el compromiso y la alegría del primer amor son eje central de esta fábula llena de excéntricos personajes a cargo de un gran elenco (Frances McDormand, Edward Norton, Bruce Willis, Bill Murray, entre otros) como ya nos tiene tan acostumbrados el ganador del Oscar. 

5 ESTRENOS QUE LLEGAN EN JULIO A LOS CINES

Viernes 13 (Friday the 13th, 1980)

Un grupo de consejeros planea volver a abrir el Campamento Crystal Lake, un lugar con bastante mala reputación que, varios años atrás, fue el escenario de la negligente muerte del pequeño Jason Voorhees. Mientras dejan todo listo para el disfrute de los jóvenes campistas que pronto llegarán, van descubriendo que las sangrientas leyendas urbanas que giran en torno al lugar son bastante ciertas. 

Alguien está empecinado en que la zona permanezca cerrada, aunque eso implique matarlos a todos de las formas más horrendas imaginables. Las películas de campamentos no volverían a ser lo mismo después de la acumulación de cadáveres de este clásico de Sean S. Cunningham.

Wet Hot American Summer (2001)

Esta satírica comedia dirigida por David Wain fue todo un fracaso de crítica y público al momento de su estreno, pero con los años adquirió la categoría de película de culto y hasta se ganó una segunda oportunidad en Netflix. 

Entre su genial banda sonora ochentosa y un elenco que incluye a grandes estrellas (por aquel entonces en ascenso) como Janeane Garofalo, David Hyde Pierce, Paul Rudd, Molly Shannon, Christopher Meloni, Elizabeth Banks, Michael Ian Black, Bradley Cooper y Amy Poehler, entre otros; narra las ocurrencias de un grupo de coordinadores en su último día de actividades en el ficticio campamento judío Firewood, en el verano de 1981. 

¡ESTÁN MALDITAS!: 5 PELÍCULAS TERMINADAS QUE NO LLEGARON LA CINE

Albóndigas (Meatballs, 1979)

Esta estrafalaria comedia con corazón tiene todos los elementos que una película de campamento, que se precie como tal, debe tener: el lugar (Estrella del Norte) se cae a pedazos, los coordinadores son un desastre –con Tripper (Bill Murray) a la cabeza–, los niñitos que asisten parecen futuros delincuentes; también están las chicas lindas a las que todos persiguen y una gran rivalidad con los residentes de Mohawk, el campamento de la orilla contraria, mucho más elegante y superior en materia deportiva. 

La cinta marca el primer protagónico de Murray, además de catapultar la carrera del director Ivan Reitman, que volvería a colaborar con el actor en El Pelotón Chiflado (Stripes, 1981) y Los Cazafantasmas (Ghostbusters, 1984).

Piraña (Piranha, 1978)

Los centros de veraneo con mala reputación empezaron a proliferar tras el exitosísimo estreno de Tiburón (Jaws, 1975), así como las fobias de los vacacionistas. En esta oportunidad, el director Joe Dante y el productor Roger Corman nos traen el lugar ideal para los jóvenes turistas gustosos de diversión y chicas curvilíneas con poca ropa, claro que también cabe la posibilidad de convertirse en el alimento preferido de un cardumen de pirañas carnívoras y hambrientas. Sangre y mucho humor son el centro de esta parodia clase B, que no tiene nada que envidiarle al escualo gigante de Steven Spielberg.

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