Siempre es un buen momento para ir un poco Detrás de las Cámaras.
Todos los directores tienen que empezar por algún lado. Muchos vienen del mundo de la publicidad, los videos musicales, la TV o los cortometrajes. Cualquier tipo de experiencia suma al momento de dar ese gran paso cinematográfico, y cualquier cosa puede pasar cuando llega el esperado debut en la pantalla grande. Para estos cinco realizadores el despegue fue insuperable, dejando la vara demasiado alta para todo lo que viniera después.
George A. Romero – La Noche de los Muertos Vivos (Night of the Living Dead, 1968)
La historia es simple: un grupo de individuos se refugia en una granja luego de que los muertos deciden volver a la vida y salir de sus tumbas en busca de carne fresca y tripas para alimentarse. Una noche de locura claustrofóbica donde lo más importante es la supervivencia. Esta oda hemoglobínica cargada de violencia gráfica es, además, un profundo análisis sociocultural de las conductas humanas. Todo un paradigma del subgénero de muertos vivos (antes de que los etiquetaran como “zombies”) y una de las obras más influyentes del horror de todos los tiempos, cortesía del debutante George A. Romero, padre de los comecerebros.
Quentin Tarantino – Perros de la Calle (Reservoir Dogs, 1992)
La primera y magistral película de Quentin, altamente influenciada por City on Fire (1987) del hongkonés Ringo Lam, gira en torno a las consecuencias de un asalto fallido, perpetrado por una ‘colorida’ banda de delincuentes. Pero hay algo más. Con este acto también se pretende atrapar al escurridizo mafioso que se esconde detrás de los malhechores, por lo que el joven policía Freddy Newandyke (Tim Roth) logra infiltrarse en el grupo, sin poder evitar entablar algunas amistades. La obra de Taranta es pura violencia, lealtades inquebrantables y descubrir al traidor antes de que sea tarde en este detrás de escena del universo gansteril.
Jordan Peele – ¡Huye! (Get out, 2017)
El debut cinematográfico de Peele está bastante alejado de su background humorístico. El comediante devenido en realizador se despachó con un thriller de misterio y terror cargado de análisis y crítica social, muy a tono con el contexto político del gobierno de Trump. Suspenso, un poco de humor y varios momentos incómodos se interponen en la vida de Chris Washington (Daniel Kaluuya), un joven afroamericano que decide romper con los prejuicios e ir a visitar a la familia de su noviecita caucásica (Allison Williams). Todo, absolutamente todo, se complica cuando llega a casa de mamá y papá: un hogar hermoso emplazado en una extraña comunidad donde nada es lo que parece a simple vista.
Neill Blomkamp – Sector 9 (District 9, 2009)
Hasta ahora, el sudafricano no pudo superar su gran ópera prima, la que expande los acontecimientos del cortometraje Alive in Joburg (2005), inspirado en hechos reales que tuvieron lugar en su país durante la era del Apartheid. La historia se ambienta en una distópica Johannesburgo de 2010, 28 años después de la llegada de una nave alienígena a la ciudad. Desde entonces, los visitantes viven hacinados en el mencionado distrito del título, bajo las condiciones más deplorables. Blomkamp se ganó su lugar entre los nóveles directores del género gracias a su estilo documental, su cine realista y sus efectos especiales ‘naturalistas’, todo mezclado con cierto subtexto (y denuncia) sociopolítica.
BEETLEJUICE 2 ANTICIPA EL REGRESO DE WINONA RYDER
Orson Welles – El Ciudadano (Citizen Kane, 1941)
Después de varios hitos, Orson debutó tras las cámaras y le salió “la mejor película de todos los tiempos”. Acá, un grupo de periodistas se embarca en la titánica tarea de descubrir cuál es el verdadero significado de las últimas palabras del magnate Charles Foster Kane (Welles); un recuento de su vida –desde su más tierna infancia–, narrado a través de los ojos de sus allegados, familiares y amigos. La historia suena simple y hasta anecdótica, pero la forma en que está estructurada (desde múltiples puntos de vista), la magistral puesta en escena y el uso de la cámara (las luces y las sombras), la convierten en el referente indiscutido del cine moderno y cualquiera de las disciplinas cinematográficas.
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