El director Alex Proyas reveló que está desarrollando una serie de televisión independiente basada en su visionaria película distópica Ciudad En Tinieblas (Dark City, 1998). “Estamos en los primeros estadíos de desarrollo, y estoy analizando cuáles fueron mis impulsos para contar la historia original. Reevaluando mi propia película, una experiencia que nunca había pensado tener”.
Las declaraciones son parte de una presentación virtual en festivales de cine del último proyecto de Proyas, llamado Mask of the Evil Apparition: un cortometraje de terror que también está ambientado en el mismo “universo cinematográfico” de Ciudad en Tinieblas. Casi un piloto del nuevo proyecto.
El corto, filmado en menos de una semana, empezó como un experimento de terror, pero en el proceso de producción Proyas empezó a notar las similitudes con la que quizás sea su mejor película y decidió conectar los dos universos. “Los cineastas estamos condenados a repetirnos”, dice Proyas, “las mismas preocupaciones y obsesiones aparecen una y otra vez en nuestra obra”.
Ciudad En Tinieblas, protagonizada por Kiefer Sutherland, Rufus Sewell y Jennifer Connely, fue un pequeño fenómeno de culto de los ‘90. Una mezcla de fantasía, ciencia ficción y policial negro que tomaba sus influencias de estilos tan dispares como el expresionismo alemán y la animación japonesa. Una de esas pelis que llegó antes de tiempo, ya que un año después, la muy similar Matrix (¡filmada en varios de los mismos sets!) pondría a la “ciencia ficción noir” de moda.
El australiano Proyas tuvo una de las carreras más extrañas de Hollywood. En 1989, con sólo 25 años, filmó el bellísimo largometraje independiente de ciencia ficción Spirits of the Air, Gremlins of the Clouds, lo que le permitió dirigir su primera película de Hollywood, el largometraje The Crow (El Cuervo, 1994).
Esta pesadilla de superhéroes góticos es más famosa por la muerte accidental de Brandon Lee (hijo de Bruce) en su rodaje que por la película en sí. Cuatro años después Proyas filmó Ciudad en Tinieblas, un fracaso comercial que lo alejó de Hollywood por varios años. Volvió con el éxito de la genérica Yo, Robot (2004), en la que no tuvo casi control creativo. En 2009 tuvo un éxito modesto con Presagio (Knowing, 2009) y en 2016 dinamitó su carrera con Dioses de Egipto (Gods of Egypt), uno de los más grandes papelones de la última década.
Hoy, Proyas fundó su propio estudio (Heretic Foundation, en Sydney) y ha vuelto a sus raíces como director. En el canal de su productora Mystery Clock se ven teasers, cortometrajes, y tráilers que demuestran que su manejo de los ritmos y los planos inquietantes está tan firme como siempre, a pesar del bajísimo presupuesto.
El equipo de producción del corto, por ejemplo, consistió de 20 personas, y la intención de Proyas es experimentar con pantallas verdes y efectos digitales para construir sets digitales. Una versión económica del modelo de producción de series como The Mandalorian.
Según el director “este cortometraje se puede ver como investigación y desarrollo, para medir si la tecnología y los costos permiten producir largometrajes. Para cuando lo terminemos vamos a saber si con este sistema podemos filmar una película en 6 a 8 semanas”.
Una película, o una serie de televisión. En una época en la que las marcas de culto de los ‘90 se vuelven atractivas propuestas comerciales, no sería raro que un servicio de streaming apueste por Proyas. Netflix, por ejemplo, ha tenido mucho éxito con series originales australianas como Tidelands y Lunatics.
Mask of the Evil Apparition se vió en agosto en el festival FrightFest, y en octubre será parte del evento Grimmfest en Manchester. El plan de Proyas es estrenarlo en el canal de la productora luego de su paso por festivales. Habrá que tener paciencia.
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