Te contamos todos los detalles detrás de la huelga de guionistas para entender lo que está pasando en Hollywood.
Los que tenemos un poco de memoria (y edad suficiente) todavía recordamos algunas de las ‘consecuencias’ de la última huelga de guionistas de Hollywood, que se extendió a lo largo de 100 días, entre noviembre de 2007 y febrero de 2008. En aquel conflicto, impulsado por ambos gremios de escritores de cine, televisión y radio norteamericanos (WGAE y WGAW), se buscaba aumentar la compensación monetaria para sus miembros: un mayor porcentaje de los beneficios de ventas de DVD, jurisdicción sindical para los escritores de reality shows y programas animados y compensación por ventas de contenido digital, por entonces, algo relativamente nuevo.
Según las fuentes que quieran citar, la huelga 2007-2008 reportó pérdidas de entre 1500 y 2100 millones de dólares para la economía de Los Ángeles, mucho más que las cifras reclamadas por los escritores que hoy vuelven a manifestarse ante las oficinas de los grandes estudios y plataformas de streaming “en contra de la precarización y un modelo económico que pretende convertir la escritura de guiones en una profesión totalmente freelance”, en contraste de los beneficios de un trabajo sindicalizado.
La huelga de guionistas, ayer y hoy
Quince años atrás, la huelga se hizo sentir en la economía hollywoodense y también en las pantallas. De este lado, los espectadores atestiguamos el sacudón a través de temporadas más cortas (Heroes, Lost, el estreno de Breaking Bad) que –no necesariamente– sufrieron por el parate. En muchos casos, la pausa sirvió para repensar y acomodar varias tramas que ya venían fallando, series que volvieron con todo cuando sus guionistas se reincorporaron al trabajo.
Otro hecho ‘anecdótico’ fue la 65° entrega de los premios Globo de Oro, celebrada en medio de la huelga. Los guionistas se negaron a participar (básicamente, a escribir los speechs de los presentadores) y hasta amenazaron con boicotear la gala, una actitud que encontró el apoyo de los actores y su sindicato, quienes decidieron no asistir a la ceremonia para evitar los piquetes. Los ganadores de aquella temporada se anunciaron sin bombos ni platillos en una sencilla conferencia de prensa el mismo día previsto para el evento.
Como ocurre cada vez que hay tantos miles de millones de dólares en juego, los ejecutivos tienden a demonizar a los reclamantes, y no van a dudar en culpar a los escritores (ya lo están haciendo) cuando se haga evidente ‘la falta de contenido’ en las pantallas. Como sucedió durante la pandemia, y si la huelga se extiende demasiado –la más larga fue la de 1988, que alcanzó los 153 días de reclamos–, es muy probable que lo cronogramas de producción y estreno de varias series se vean afectados, algo que ya ocurre con los late night talk shows de Stephen Colbert, Jimmy Kimmel y Jimmy Fallon, los primeros que resolvieron bajar sus cortinas y solidarizarse (algunos, hasta ahí) con sus escritores.
Es la hora de los ‘refritos’ para Saturday Night Live, John Oliver, Bill Maher o Seth Meyers, quien ya venía preparando a su público para este corte en la programación, además de mediar e intentar garantizar el pago para su personal y equipo técnico, que también resultarán afectados por esta pausa.
Lo justo es justo
Cada tres años, el Sindicato de Guionistas de Estados Unidos (Writers Guild of America) negocia un nuevo contrato –conocido como el acuerdo básico mínimo– con la AMPTP (Alianza de Productores de Películas y Televisión) que representa a los principales estudios de Hollywood, incluidos Netflix, Amazon, Apple, Disney, Discovery-Warner, NBC Universal, Paramount y Sony. Después de seis semanas de negociaciones que produjeron una “respuesta totalmente insuficiente a la crisis existencial que enfrentan los guionistas”, unos 11.000 miembros del WGA (97.85%) votaron a favor de la huelga, la que dio inicio efectivo a partir de la medianoche del lunes 1° de mayo.
Desde la AMPTP dijeron que habían ofrecido una “propuesta de paquete integral” que incluía salarios más altos para los escritores, pero que no estaban dispuestos a mejorar esta oferta “debido a la magnitud de otras propuestas que aún están sobre la mesa y en las que el gremio sigue insistiendo”. Estos puntos conflictivos hacen referencia a la petición de que haya un mínimo de personal de televisión (entre 6 y 12 guionistas por programa) y un número garantizado de semanas de empleo por temporada.
Otros puntos claves para llegar a un acuerdo son las participaciones en las ganancias de las plataformas on demand. Los nuevos formatos requieren nuevas directivas, y en este escenario todavía no queda claro cómo se les paga a los guionistas por esos contenidos que permanecen durante años en los servicios digitales. Las discusiones también incluyen el impacto (y la prohibición en el uso) de bots de inteligencia artificial como herramienta de escritura o reescritura del material a futuro, un debate que no puede pasar desapercibido si los estudios intentan abaratar sus costos de producción. En este punto, AMPTP rechazó la solicitud y propuso mantener “reuniones anuales para discutir los avances en tecnología”.
“Estamos decididos a lograr un nuevo contrato con un salario justo que refleje el valor de nuestra contribución al éxito de las compañías e incluya protecciones para garantizar que la escritura sobreviva como una profesión sostenible”, manifiesta el comunicado de prensa de la WGA, el verdadero pilar de todos esos programas y películas que amamos.
SUCCESSION REVELA LA ÉPICA DURACIÓN DE SU FINAL
Las series en pausa
La tercera temporada de Abbott Elementary, la octava entrega de Big Mouth, el final de Cobra Kai, el regreso de Good Omens y Yellowjackets serán algunas de las series más afectadas si la huelga se prolonga demasiado: “Odiamos hacer huelga, pero si debemos hacerlo, lo hacemos con fuerza. No hay escritores en el set. Estos no son tiempos divertidos, pero lamentablemente es necesario. En el momento en que se establezca un trato justo, volveremos a patear traseros. Mientras tanto, envíen fuerza y apoyo al comité negociador”, escribió Jon Hurwitz, creador de Cobra Kai, desde su cuenta de Twitter, y desde acá sumamos nuestro humilde soporte con un emoji de puñito levantado.
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