sábado, noviembre 23, 2024

Casi desde sus comienzos, el séptimo arte buscó aumentar su impacto visual a través de distintos sistemas de proyección y otros logros tecnológicos. IMAX (nombre que deriva de Imagen Máxima), no solo permite mostrar unas imágenes enormes, también una resolución y nitidez únicas –hasta el momento–, imposibles de replicar por ninguno de los sistemas convencionales ni por las mejores cámaras digitales, si es que hablamos de celuloide. La película de 70mm que utiliza (15/70, en referencia a sus 15 perforaciones) es diez veces mayor que el formato de 35mm (4/35), lo que lo convierte en el campeón de los formatos fílmicos.

Al comienzo, y a causa de la aparatosidad y el peso de las cámaras, solo se utilizaba para la realización de documentales y presentaciones especiales. Fantasía 2000 (Fantasia/2000, 1999) fue la primera película comercial estrenada en IMAX, a la que le siguieron unos cuantos reestrenos de los clásicos de Disney. A partir de 2002 se hizo más frecuente la conversión a través del proceso DMR (Digital Media Remastering), lo que permite que casi cualquier producción pueda ser adaptada a la pantalla más grande del mundo para vivir la experiencia más inmersiva posible.

El costo, la logística y las dificultades técnicas que implica el formato 15/70 (las cámaras son escasas, siguen siendo muy pesadas y tan ruidosas que dificultan la toma de sonido directo) hacen imposible la filmación de un largometraje completo. Así y todo, unos cuantos directores corajudos se animaron a incluir, en principio, algunas escenas filmadas en IMAX en muchas de sus películas.

Christopher Nolan filmando para IMAX El Caballero de la Noche.
Warner Bros. Pictures

Siempre hay una primera vez para todo

Cuando en diciembre de 2007 Soy Leyenda (I Am Legend) llegó a las salas IMAX alrededor del mundo, un grupo selecto de espectadores tuvo la primera muestra de lo que el formato podía ofrecer para las historias argumentales: los rascacielos de Gotham, el acercamiento vertiginoso hasta una ventana que estalla, dos hombres en la azotea y una extraña figura que espera impasible dándole la espalda a la cámara. En un “prólogo” de menos de cinco minutos, Christopher Nolan empezó a cambiar la historia del género superheroico y el cine comercial, gracias a un robo bancario filmado en gloriosos 70mm.

De esta manera, Batman: El Caballero de la Noche (The Dark Knighr, 2008) se convirtió en “el primer largometraje de la historia filmado parcialmente con cámaras IMAX”. Seis secuencias (un total de 28 minutos) que marcaron el trabajo futuro del realizador, quien sigue experimentando con el formato e inspirando a otros directores a seguir sus pasos en la pantalla más grande. En ese momento, Nolan, su director de fotografía Wally Pfister y el resto del equipo técnico se estaban adentrando en un terreno inexplorado. No había antecedentes, no había ‘manual de instrucciones’ y, en muchos casos, tampoco había lentes y otros accesorios como el Steadicam que pudieran soportar el peso de la cámara de unos 45 kilogramos.

Desde entonces, Nolan rodó otras cinco películas parcialmente en IMAX, incluyendo su próximo thriller biográfico Oppenheimer (2023). Junto a su nuevo director de fotografía, Hoyte van Hoytema, colaboraron codo a codo con IMAX Corporation para crear nuevas lentes, modificar las cámaras y poder filmar en reversa para Tenet (2020); además de unir fuerzas con Eastman Kodak para crear un nuevo celuloide en blanco y negro, entre muchas otras cosas. La lealtad de Nolan por el formato es reciproca por parte de la empresa, que siempre se asegura de que sus pantallas estén disponibles –y hasta desempolva los proyectores en 15/70 para funciones especiales– al momento del estreno de las películas del británico.

Christopher Nolan filmando Oppenheimer para IMAX.

¿A qué viene tanta pelea por el IMAX?

Si nos guiamos por los rumores, parece que Tom Cruise anda bastante enojado porque Misión Imposible: Sentencia Mortal – Parte 1 (Mission: Impossible—Dead Reckoning Part One) va a tener que ceder sus salas premium (IMAX) cuando Oppenheimer llegue a las salas 10 días después de su estreno. La séptima entrega de las aventuras de Ethan Hunt iba a lanzarse originalmente el 23 de julio de 2021. Desde entonces, y por culpa de la pandemia, la fecha se fue corriendo (19 de noviembre de 2021, 27 de mayo de 2022, 30 de septiembre de 2022) hasta acomodarse el 14 de julio de 2023, anuncio que se hizo mucho después de que Universal Pictures y Nolan se aseguraran su fin de semana de estreno favorito a finales de 2021. 

Tras su paso por Cinema Con, Paramount Pictures volvió a rectificar la fecha de MI, ahora pautada para el 12 de julio en los Estados Unidos, asegurándose dos días más de pantallas IMAX en pleno verano boreal. Pero esto no parece ser suficiente para el actor y productor que (suponemos) ya sabía sobre estos arreglos y el hecho de que Oppenheimer tiene tres semanas de exclusividad de pantallas premium desde su lanzamiento el próximo 21 de julio.  

La realidad es que Tom se puede quedar con todo el resto de las pantallas, pero sabe que los formatos premium (un poco más de la tercera parte de las salas en Estados Unidos) suman más dólares a las arcas y el plus de la mejor experiencia cinematográfica. Algo que le viene muy bien a la superacción y las secuencias de riesgo de Misión Imposible, pero también a la épica autoral de Oppenheimer: una historia de casi tres horas, filmada mayormente en 15/70, catalogada para mayores de 17 años; todo un riego para el estudio y los exhibidores, pero un tipo de película que también necesita la industria para atraer a los espectadores adultos no siempre interesados en el típico blockbuster que suele estrenarse en IMAX.

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Tom Cruise en Misión: Imposible
Paramount Pictures

Cruise sigue enojado y dicen los que saben que ha estado mostrando incansablemente su película a los exhibidores, tratando de convencerlos (¿Intimidando? ¿Extorsionando?) de que cambien sus planes en cuanto a Oppenheimer o, en su defecto con Barbie, película de Warner decidió estrenar el mismo 21 de julio, posiblemente (no vamos a creer en coincidencias) después de que Nolan dio el portazo y eligió a Universal como su nuevo estudio aliado.

La estrategia no es nueva. Disney, más de una vez, amenazó a los exhibidores con retirar sus estrenos si no se apegaban a sus demandas en cuanto a la cantidad de salas. De ahí que muchos complejos se vean inundados con un solo estreno, relegando a las producciones más chicas, que no tienen el respaldo para luchar contra la mayors ni llegar a un público más amplio. En el caso de Cruise, se dice que anda llamando personalmente a los ejecutivos de cadenas y estudios rivales para pedirles que cedan las salas o, incluso, que cambien sus fechas de estreno “por el bien de todo el negocio cinematográfico”.

Al final del día, es casi seguro que MI salga victoriosa en el top de la taquilla. Eso nadie lo duda. Oppenheimer no es el clásico estreno de verano, pero Nolan (una marca de calidad en sí mismo) ya demostró con Dunkerque (Dunkirk, 2017) que sus dramas históricos pueden competir de igual a igual, captando a diferentes públicos y entregando una gran experiencia fílmica que se amplifica, justamente, porque sus historias están pensadas para la gran pantalla… y cuanto más grande, mejor. 

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Jefa de redacción. Nolaniana incurable. DC me da y me quita.