El nuevo libro precuela de Los Juegos del Hambre sale este año, y un nuevo extracto revela más información respecto a Haymitch.

Tras el éxito de Balada de Pájaros Cantores y Serpientes, el universo creado por Suzanne Collins está listo para su próxima expansión. Así como la novela anterior ahondaba en la historia de Coriolanus Snow, mucho antes de convertirse en el máximo tirano de Panem, esta nueva historia profundizará en otro de los grandes personajes de la saga.

Se trata de Haymitch Abernathy, quien fuera ganador de la edición número 50 de los juegos, y luego se convertiría en el mentor de Katniss y Peeta, para terminar siendo uno de los principales responsables de la rebelión de los distritos contra el Capitolio.

Si bien el personaje interpretado por Woody Harrelson es uno de los protagonistas de la historia, poco se sabía de él, más allá de que su edición de los juegos contó con el doble de participantes al ser uno de los vasallajes que se celebraban cada 25 años. 

El próximo libro, así como la película que ya está en desarrollo y buscando a su protagonista, va a presentar el recorrido de Haymitch desde su vida en el Distrito 12 así como la forma en que consiguió salir victorioso de una de las ediciones más sangrientas de los juegos.

LOS JUEGOS DEL HAMBRE Y LA IDEA DE JENA MALONE PARA UNA SECUELA

LOS JUEGOS DEL HAMBRE Y OTRA TRÁGICA HISTORIA

People ha publicado un extracto que tiene lugar la mañana de la cosecha, que coincidió con el cumpleaños 16 de Haymitch, mientras pasa tiempo con su familia. Revelando que tiene un hermano de 10 años llamado Sid, con quien tiene una buena relación. Su madre tuvo que criar sola a sus hijos después de que su padre muriera en el incendio de una mina de carbón hace años. 

Haymitch piensa en su novia, Lenore Dove, y trata de evitar reflexionar sobre las posibilidades de que su nombre sea elegido durante la cosecha a pesar de que las probabilidades han aumentado ese año:

“‘¡Feliz cumpleaños, Haymitch!’

La ventaja de nacer el día de la cosecha es que puedes dormir hasta tarde. A partir de ahí todo es bastante cuesta abajo. Un día libre en la escuela apenas compensa el terror de ser elegido. Incluso si sobrevives a eso, nadie tiene ganas de comer pastel después de ver cómo llevan a dos niños al Capitolio para matarlos. Me doy la vuelta y me tapo la cabeza con la sábana.

‘¡Feliz cumpleaños!’ Mi hermano Sid, de 10 años, me sacude el hombro. ‘Dijiste que sea tu gallo. Dijiste que querías llegar al bosque a la luz del día’.

Es cierto. Espero terminar mi trabajo antes de la ceremonia para poder dedicar la tarde a las dos cosas que más amo: perder el tiempo y estar con mi chica, Lenore Dove. Para mi madre, permitirse cualquiera de estas cosas es un desafío, ya que regularmente anuncia que ningún trabajo es demasiado duro, sucio o complicado para mí, y que incluso las personas más pobres pueden juntar unos cuantos centavos para descargar su miseria en otra persona. Pero dadas las dos ocasiones del día, creo que me permitirá un poco de libertad mientras termine mi trabajo. Son los Vigilantes quienes podrían arruinar mis planes.

LOS JUEGOS DEL HAMBRE RODÓ UNA GRAN ESCENA SIN SU ESTRELLA

‘¡Haymitch!’ se lamenta Sid. ‘¡Está saliendo el sol!’.

‘Está bien, está bien. Yo también estoy despierto’. Me levanto del colchón y caigo al suelo y me pongo un par de pantalones cortos hechos con un saco de harina proporcionado por el gobierno. Las palabras ‘cortesía del Capitolio’ terminan estampadas en mi trasero. Mi mamá no desperdicia nada. Quedó viuda cuando mi padre murió en el incendio de una mina de carbón, nos crió a Sid y a mí lavando ropa y haciendo que cada detalle cuente. Las cenizas de madera en el fogón se guardan para hacer jabón de lejía. Las cáscaras de huevo se muelen para fertilizar el jardín. Algún día estos pantalones cortos serán cortados en tiras y tejidos para formar una alfombra.

Termino de vestirme y arrojo a Sid de regreso a su cama, donde se esconde en la colcha de retazos. En la cocina, tomo un trozo de pan de maíz, una mejora para mi cumpleaños en lugar del material oscuro y arenoso hecho con harina Capitolio. Afuera, mi madre ya está removiendo una tetera humeante con ropa con un palo, sus músculos se tensan mientras le da la vuelta a un mono de minero. Sólo tiene 35 años, pero las penas de la vida ya han marcado líneas en su rostro, como suele suceder.

Mamá me ve en la puerta y se seca la frente. ‘Felices 16. Salsa en la estufa’..

‘Gracias, mamá’. Encuentro una cacerola con ciruelas guisadas y pongo un poco en mi pan antes de salir. Los encontré en el bosque el otro día, pero es una agradable sorpresa tenerlos todos calientes y azucarados.

‘Necesito que llenes la cisterna hoy’, dice mamá cuando paso. Tenemos agua corriente fría, sólo que sale en un chorro fino que tardaría una eternidad en llenar un balde. Hay un barril especial de agua pura de lluvia por el que cobra más porque la ropa sale más suave, pero usa nuestro agua de pozo para la mayor parte de la ropa. Entre bombear y transportar, llenar la cisterna es un trabajo de dos horas incluso con la ayuda de Sid.

‘¿No puede esperar hasta mañana?’ pregunto.

‘Me estoy quedando sin, y tengo una montaña de ropa que lavar’, responde.

‘Esta tarde, entonces’, digo, tratando de ocultar mi frustración. Si la cosecha se hace a la una, y suponiendo que no seamos parte del sacrificio de este año, puedo terminar el agua a las tres y aún ver a Lenore Dove.

Un manto de niebla envuelve protectoramente las desgastadas y grises casas de la Veta. Sería reconfortante si no fuera por los llantos dispersos de los niños perseguidos en sus sueños. En las últimas semanas, a medida que se acercan los quincuagésimos Juegos del Hambre, estos sonidos se han vuelto más frecuentes, muy parecidos a los pensamientos ansiosos que me esfuerzo por mantener a raya. El segundo Vasallaje de los Veinticinco. El doble de niños. No tiene sentido preocuparse, me digo, no hay nada que puedas hacer al respecto. Como dos Juegos del Hambre en uno. No hay forma de controlar el resultado de la cosecha o lo que sigue. Así que no alimentes las pesadillas. No te dejes llevar por el pánico. No le des eso al Capitolio. Ya han tomado suficiente”.

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