Si sos uno de los que se subió a la movida Barbenheimer y quedaste súper enganchado con la historia del “padre de la bomba atómica”, esta nota es para vos. Oppenheimer, la última película de Christopher Nolan ya es un éxito de taquilla que pisa fuerte para la próxima temporada de premios, un drama basado en la biografía American Prometheus: The Triumph and Tragedy of J. Robert Oppenheimer, que también toma nota de otros clásicos de la cinematografía. ¿Pasaste por el cine y te quedaste con ganas de más? Acá te dejamos cinco recomendaciones que no se ajustan muy bien a los temas y narrativa de Oppenheimer (2023) y, por supuesto, no te podés perder.

El Gran Truco (The Prestige, 2006)

Oppenheimer es una gran síntesis de la filmografía de Nolan –desde el uso del blanco y negro de Memento (2000) hasta la amenaza nuclear como tema central de Tenet (2020)–, pero desde su narrativa y la hibris de su protagonista se conecta directamente con una de sus películas menos valoradas: la adaptación de la novela homónima de Christopher Priest, sobre la competencia feroz entre dos ilusionistas en la Inglaterra victoriana. Los personajes principales de este drama con toques fantásticos se pierden en su propia creación (y obsesión) sin medir las consecuencias de sus actos, donde el punto de vista es fundamental. “¿Estás mirando atentamente?”, nos plantea el realizador desde el principio y, durante dos horas, hace todo lo posible para que caigamos en este gran truco que es el arte de las imágenes en movimiento. 

JFK (1991)

Hay muchos paralelismos entre Oppie y esta gran película de Oliver Stone que se mete de lleno con las conspiraciones gubernamentales, el cine dentro del cine y una de las manchas más oscuras en la historia de los Estados Unidos, para contar las peripecias del fiscal de distrito de Luisiana Jim Garrison (Kevin Costner): el único que se atrevió a investigar por su cuenta y llevar ante el estrado a Clay Shaw (Tommy Lee Jones), uno de los supuestos culpables del asesinato de John F. Kennedy en 1963. Shaw es apenas uno de los nombres en una larguísima lista de conspiradores y testigos que van desapareciendo a lo largo de los años, y que hace cada vez más complicada la tarea del abogado, que no deja de debatirse entre sus creencias y patriotismo. Un drama legal, “basado en hechos reales”, que termina convertido en un thriller lleno de matices.

Amadeus (1984) 

Milos Forman juguetea con la exactitud histórica y crea un relato cargado de celos y rivalidades entre los compositores Antonio Salieri (F. Murray Abraham) y el joven Wolfgang Amadeus Mozart (Tom Hulce); dos genios de la música muy adelantados a su tiempo, que no podían soportarse mutuamente… ni a esos grandes egos sobre sus cabezas. El director nos cuenta la vida del genio austríaco a través de los ojos de Salieri, en apariencia, un hombre devoto agradecido por sus dones. Oppenheimer toma nota de esta ‘enemistad’ para delinear al personaje de Lewis Strauss (Robert Downey Jr.), un Salieri moderno que ve en Oppenheimer a un genio digno de admirar, pero también a una amenaza para sus ambiciones más políticas. 

Lawrence de Arabia (Lawrence of Arabia, 1962)  

Para algunos, todo un héroe. Para otros, un embustero. El gran Peter O’Toole le da vida a este complejo (y ambiguo) personaje, considerado tanto un ídolo como un charlatán… y hasta un tipo sádico, que se hizo camino por el desierto y terminó al mando de una guerrilla armada en contra de los turcos. La épica aventura de David Lean es un clásico referencial para los grandes directores –incluido Steven Spielberg–, un drama biográfico basada en la figura de Thomas Edward Lawrence, arqueólogo, escritor y oficial del ejército británico durante la Primera Guerra Mundial, donde jugó un papel más que importante oficiando como “mediador” en medio de la rebelión árabe contra el dominio otomano.

LOKI ROMPE RECORDS CON EL TRAILER DE SU SEGUNDA TEMPORADA

El Ciudadano (Citizen Kane, 1941)

La mejor película de todos los tiempos también tiene puntos en común con Oppenheimer. Desde su narrativa fracturada hasta la ambigüedad moral de su protagonista. Orson Welles debuta como director para mostrar a un grupo de periodistas que se embarcan en la titánica tarea de descubrir cuál es el verdadero significado de las últimas palabras del magnate Charles Foster Kane (Welles): un recuento de su vida –desde su más tierna infancia–, narrado a través de los ojos de sus allegados, familiares y amigos (suponiendo que los tuviera). ¿Podemos decir que el final de Rosebud pega tanto como las últimas palabras de Oppie? 

La Cosa ahora es digital para que nos leas, veas y escuches donde y como quieras. La conseguís en nuestra tienda y nos ayudás a seguir muchos años más junto a vos.