Oppenheimer parece estar dominando la temporada de premios y se perfila como favorita a los Oscar, pero ¿logrará llevarse la victoria?

Es casi una anomalía que una película estrenada en la primera mitad del año –hasta julio, inclusive– se convierta en la gran favorita y ganadora del Oscar. El ‘momentum’ lo es todo, y este impulso se suele ir diluyendo con el correr de los meses, la llegada de los festivales de cine de otoño y los lanzamientos de fin de año, más propensos a permanecer frescos en la memoria de los votantes. Por eso las campañas de prensa y los reestrenos son cruciales: para recordarles a todos esos títulos tan lejanos en el tiempo cuando medimos la temporada de premios. 

Desde que la categoría a Mejor Película se expandió a un máximo de diez nominadas en 2009, hubo pocas excepciones: Vivir al Límite (The Hurt Locker, 2009) tuvo su estreno mundial en el Festival de Venecia de ¡2008!; El Artista (The Artist, 2011) y Parasite (Gisaengchung, 2019) hicieron todo su recorrido desde Cannes.

CODA (2021) se estrenó un año antes de alzar la estatuilla, en el Festival de Cine de Sundance, y Todo en Todas Partes al Mismo Tiempo (Everything Everywhere All at Once, 2022) hizo lo propio desde el South by Southwest en el mes de marzo de 2022. Como dijimos, el momentum es importante, pero también la narrativa y cómo esta se acomoda al gusto de los votantes. 

Un gran paso por las salas

Desde su estreno en julio de 2023, Oppenheimer se convirtió en una de las predilectas del público y la crítica, además de la elegida de los expertos al momento de pronosticar la próxima temporada de premios. Este favoritismo temprano no suele ser nada bueno, ya que muchas de estas películas caen en la llamada ‘fatiga de los Oscar’ y pierden impulso (e interés) antes de la ceremonia. ¿Se acuerdan de El Poder del Perro (The Power of the Dog, 2021)?

Pero Oppenheimer no tiene mucho en común con la celebrada cinta de Jane Campion que, tras su estreno en el Festival de Venecia, pasó de manera limitada por algunas salas de cine, y más tarde se perdió en el catálogo de Netflix, donde tampoco logró atraer el interés de los usuarios menos cinéfilos. Un destino muy parecido al de Roma (2018) de Alfonso Cuarón, que terminó perdiendo el premio mayor ante Green Book (2018). 

Más de seis meses –y 958 millones de dólares recaudados a nivel mundial– después de su lanzamiento, el thriller dramático de Christopher Nolan sigue atrayendo espectadores a las salas, encabeza la lista de nominadas tanto en los Oscar como en los BAFTA (en ambos casos con 13) y se mantiene al frente de los ‘precursores’ –la cantidad de galardones acumulados en todas las entregas de premios– en nueve categorías, incluyendo Mejor Película, Director, Guion Adaptado, Actor Principal y Actor Secundario. 

¿Podemos asegurar que está todo dicho en cuanto a los Oscar 2024? ¿Es tan fácil de predecir esta temporada de premios? Nos gustaría decir que sí –¿quién no quiere celebrar el postergado triunfo de Nolan y su equipo?–, pero los votantes suelen tener una mentalidad muy diferente, sobre todo con ciertos realizadores y éxitos de taquilla. 

A favor, Oppenheimer no es la típica película comercial que se coló entre las nominadas: es la conjunción de lo mejor de esos dos mundos a los que aspira la industria, donde el suceso en las boleterías se cruza con la mirada autoral, dejando bien en claro que lo artístico y lo comercial sí van de la mano. 

Como Spielberg, 30 años después 

De alguna manera, el Oscar siempre buscó honrar esta dicotomía, aunque muchas veces se equivocó de ganador. El viaje de Nolan y Oppenheimer, en seguida, nos recuerda a La Lista de Schindler (Schindler’s List, 1993) y el triunfo de Steven Spielberg en la ceremonia de 1994, otro postergado –¿y marginado?– debido a su éxito comercial y sus años entregando el mejor entretenimiento. Pero también se asemeja un poco a Forrest Gump (1994), Titanic (1997) o El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey (The Lord of the Rings: The Return of the King, 2003), el último suceso multimillonario en levantar la estatuilla dorada, exactamente, dos décadas atrás. 

Desde entonces, la Academia amplió sus gustos, empezó a darle más visibilidad al cine independiente y a las producciones más chicas (bien ahí), aunque a expensas de los éxitos taquilleros, ahora asociados a las franquicias, las propiedades intelectuales y los superhéroes. Ampliar la cantidad de nominados a Mejor Película, de cinco a un máximo de diez después de la omisión de Batman: El Caballero de la Noche (The Dark Knight, 2008), ayudó a sumar diversidad cinematográfica, pero algunos resultados siguen siendo un tanto ‘polémicos’. 

Hoy, la Academia de Hollywood se compone de unos 11 mil votantes de 93 países diferentes. Esta variedad se deja ver en las elecciones internacionales que, año tras año, se ‘cuelan’ entre los nominados con mucho merecimiento. Otro factor que influye al momento de elegir la mejor película es el procedimiento en sí. En 2009 también sumó el voto preferencial, o sea, ya no se trataba de votar a una sola película, sino de ordenarlas por orden de preferencia del 1 al 10. La cinta que consigue el número uno en más del 50% de las papeletas, se convierte automáticamente en la ganadora… algo que no suele ocurrir en la primera ronda.  

OSCAR 2024: NOMINADOS, SORPRESAS Y OMISIONES

El voto preferencial solo aplica a la categoría de Mejor Película, de ahí que surja la disparidad o falta de coincidencia con la elección de, por ejemplo, Mejor Director, algo que debería ir de la mano, ¿no? En los últimos 15 años, esta divergencia se presentó en seis oportunidades, Argo (2012), 12 Años de Esclavitud (12 Years a Slave, 2013), En Primera Plana (Spotlight, 2015), Luz de Luna (Moonlight, 2016), Green Book y CODA. ¿Se repetirá en 2024 u Oppenheimer cumplirá el pronóstico de arrasar con todo?

Como siempre, dependerá de los votantes y sus gustos personales. Oppenheimer parece tenerlo todo: el prestigio que busca la Academia, el favor de la crítica y del público, el éxito comercial inesperado que le da esperanzas a la industria y sus dramas adultos, y la visión artística de un realizador que, en 25 años de carrera, todavía no tuvo el reconocimiento de sus pares. Es probable que esto cambie el 10 de marzo, al menos para Nolan y el galardón a Mejor Director, pero el último premio de la gala sigue siendo un misterio… al menos, por ahora. 

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