Ayer empezó CinemaCon, el evento anual que organiza la asociación de dueños de salas de cine de Estados Unidos. Es una exposición en la que los empresarios de esta industria ven las propuestas de los grandes estudios para los próximos doce meses.
Se estrenan tráilers, se anuncian fechas, y se dan discursos. Y anoche, el primero de ellos resultó impactante: una toma de posición por parte de Sony, el único gran estudio que decidió no tener su propio servicio de streaming.
Tom Rothman, presidente de Sony, empezó la reunión con el que quizás sea el estreno más grande del año: la tercera entrega de Spider-Man. Inmediatamente después, el ejecutivo felicitó a Disney por el estreno de Free Guy: Tomando el Control, una de sus pocas películas de 2021 que no se verá en Disney+: “Fue un éxito porque, primero, es buenísima, y segundo, ¡no podés verla en casa! ¡mirá que maldita casualidad!”
Poco después Josh Greenstein, jefe de marketing y distribución de la empresa, dio un discurso sobrio pero aún más directo: “Sony se compromete a proteger y preservar las ventanas entre un estreno y su edición en formatos hogareños. El debut simultáneo de películas en cines y en casa está devastando nuestro negocio colectivo”.
Greenstein sabe que Sony tiene un año fenomenal. Spider-Man es solo una de las películas que el estudio estrenará en 2021, ya que también tienen Venom 2: Carnage Liberado, Bullet Train (con Brad Pitt, del director de John Wick) y la bomba con la que cerraron su exhibición, Cazafantasmas: El Legado.
Sony proyectó la película completa para los presentes, y las reacciones (un poco por la peli, y un poco por la esperanza del discurso) fueron positivas. Pero la realidad es que la venta de entradas está baja en todo el mundo y nadie sabe si la industria se pueda recuperar.
Disney, por su parte, ni siquiera asistió al evento.
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