Tras el revuelo por la escena eliminada del Joker en The Batman, Matt Reeves reveló detalles sobre la historia del personaje interpretado por Barry Keoghan. El director explicó cómo surgieron sus cicatrices y qué diferencias existen con las demás versiones del villano. 

“Es como El Fantasma de la Ópera. Tiene una enfermedad congénita en la que no puede dejar de sonreír y es horrible. Su rostro está medio cubierto durante la mayor parte de la película”, comentó Reeves. «No se trata de una versión en la que cae en una tina de productos químicos y su rostro se distorsiona, o lo que hizo [Christopher] Nolan, donde hay cierto misterio sobre cómo se grabó estas cicatrices en la cara», agregó.

“¿Qué pasaría si este chico desde su nacimiento tuviera esta enfermedad y estuviera maldito? Tenía esa sonrisa que la gente miraba que era grotesca y aterradora. Incluso cuando era niño, la gente lo miraba con horror, y su respuesta fue decir: ‘Está bien, me jugaron una broma’, y esta fue su visión nihilista del mundo”, declaró el director.

En la entrevista, también habló sobre la posibilidad de seguir viendo al Joker: “Hay cosas que me interesan hacer en un espacio de Arkham, potencialmente para HBO Max. Así que es muy posible. Tampoco es imposible que haya alguna historia que regrese donde Joker entra en nuestro mundo”.

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