La serie de Amazon Prime Video basada en El Señor de los Anillos es la producción más cara de la historia de la televisión. Los derechos de autor costaron 250 millones de dólares, y el servicio de streaming invirtió 465 millones más en la realización de la primera temporada. Como referencia, las películas de la trilogía de Peter Jackson costaron “solamente” 281 millones.
La producción de esta serie épica representó una enorme inyección de capital en la economía de Nueva Zelanda, país en el que la obra de J.R.R. Tolkien se ha vuelto una verdadera industria audiovisual y turística luego de los rodajes de la primera trilogía de Jackson, las películas de la saga El Hobbit y esta serie.
Por eso resultó sorprendente que Amazon comunique que la segunda temporada se alejará de este clásico paisaje para filmar en el Reino Unido.
No es una decisión fácil. La primera temporada tomó 18 meses de trabajo y se fabricaron sets carísimos que hoy se tienen que transportar al Reino Unido, un país que tiene sus estudios prácticamente saturados de producciones de este tipo, con rodajes como The Witcher, Obi-Wan Kenobi y House of the Dragon, precuela de Game of Thrones.
Amazon no ofreció razonamientos detrás de su decisión. No parece ser una decisión relacionada con lo económico, ya que el gobierno de Nueva Zelanda ofrecía incentivos impositivos de casi 100 millones de dólares. La filmación de la serie, eso sí, resultó traumática para muchos de sus actores debido a la cuarentena neocelandesa por COVID-19 (una de las más estrictas del mundo), que obligó al elenco y a los técnicos extranjeros a vivir en el país durante dos años sin poder abandonarlo ni siquiera tomando los recaudos de aislamiento pre y post viaje.
Como pasaba con las películas de Jackson, la mayor parte del elenco proviene de Inglaterra, y la cercanía a sus núcleos personales y familiares es un factor que garantiza el bienestar emocional de los actores.
El medio especializado Deadline remarca otro factor menos altruista: el rodaje se estiró casi dos años, y los ejecutivos del canal no pudieron viajar al país para supervisar el trabajo, lo que generó choques entre la visión creativa y comercial de la serie. Como pasaba con Game of Thrones, la cercanía del Reino Unido al resto de Europa permitirá a la producción viajar a otras locaciones en el continente sin perder varios días de trabajo.
De cierta forma, la mudanza era inevitable. Amazon estableció sus cuarteles europeos en Londres en 2017, y acaba de hacer una inversión millonaria en los estudios Ashford en la ciudad británica de Kent, buscando establecer una unidad de producción completa en el país luego de la adquisición de MGM y la valiosa licencia de James Bond.
La ruptura parecía amigable, pero un artículo del viernes del medio Variety revela la indignación del equipo técnico local. El rodaje terminó el 2 de agosto, y al parecer, la decisión de mudar la serie se comunicó solo 20 minutos antes de la conferencia de Amazon de ayer al equipo técnico local y a la Comisión de Cine de Nueva Zelanda. Un balde de agua fría. Elijah Wood, protagonista de la primera trilogía y que ha expresado su profundo amor por el país y su industria, comentó la noticia con un simple emoji.
El director de la Comisión declaró que “es una lástima y me siento mal por todos los que dejaron cuerpo y alma en esta producción. Teníamos planeado empezar la segunda temporada a principios de 2022, así que nuestra misión será mantener los empleos de los trabajadores locales.”
Variety cita a trabajadores de la industria que consideran que el gobierno podría haber hecho más por convencer a Amazon de que se quede. El plan original era filmar en el país las seis o siete temporadas que el servicio de streaming pretende realizar de la serie, unos diez años de trabajo garantizado. Y no solo para el rodaje sino para la postproducción, ya que la casa de efectos especiales Weta, de Peter Jackson, tiene sus oficinas centrales en el país.
El ministro de desarrollo económico Stuart Nash, criticado por la oposición política por no negociar con Amazon, declaró que la decisión estaba tomada: “la mudanza de Amazon no tiene que ver con nuestra capacidad como industria. Esta es una multinacional que tomó su propia decisión. Tenemos incentivos, infraestructura y locaciones legendarias”.
Hay un factor adicional que puede haber complicado la estadía de la producción en Nueva Zelanda. A principios de 2021, la doble de riesgo Dayna Grant (que dobló a Charlize Theron en Mad Max: Furia en el Camino) tuvo un accidente en el set. En junio, se hizo público que Grant necesitaba una intervención neuroquirúrgica, y sus colegas y amigos (incluyendo a la actriz Lucy Lawless, que trabajó con Grant en Xena) hicieron una colecta para recaudar dinero. Una colecta que expuso la poca protección de salud que tienen los dobles de riesgo en Nueva Zelanda y lo que algunos involucrados llamaron «prácticas inseguras» por parte de Amazon. No fue el único caso, sino que se nombró a otros dobles de riesgo como Thomas Kiwi y Elissa Cadwell. Amazon negó que las prácticas fuesen inseguras en un comunicado en el mes de julio.
Esas locaciones que se han vuelto sinónimo de la Tierra Media son parte de otra industria: la turística, que también se verá afectada por la decisión de Amazon. La iconografía de Tolkien está en las campañas promocionales de viaje, puntos de interés como el parque temático Hobbiton y hasta la aerolínea oficial del país. Este video de seguridad que se proyecta en sus aviones tiene 22 millones de visualizaciones en YouTube.
La decisión está tomada, no hay vuelta atrás. En diciembre de 2021 se celebran los 20 años del estreno de la trilogía de Jackson. Lo que iba a ser casi una fecha patria para la industria del cine de Nueva Zelanda hoy será un día negro.
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