Patty Lin, ex escritora de Friends, revela lo rápido que se esfumó su emoción por trabajar en el show al ver cómo los actores archivaban chistes y guiones.
La exitosa comedia de los 90 se ha convertido en toda una leyenda para el mundo de la televisión, y catapultó a sus seis protagonistas a lo más alto de Hollywood. Por lo que, ser parte del equipo de la serie era un privilegio. Aunque no uno que trajera necesariamente felicidad.
En su libro End Credits: How I Broke Up With Hollywood (via Time), Lin comparte parte de su experiencia trabajando en una de las producciones más exitosas de la historia de la pantalla chica, dejando ver un costado no tan glamoroso.
THE GILDED AGE ANTICIPA SU REGRESO
Los actores de Friends rechazaban parte del trabajo de los guionistas
“Pero la novedad de ver las grandes estrellas de cerca desapareció rápidamente, junto con mi entusiasmo por el desayuno. Los actores parecían descontentos de estar encadenados a un programa viejo y cansado cuando podían diversificarse, y sentí que se preguntaban constantemente cómo cada guión les serviría específicamente.
Todos sabían cómo hacer reír, pero si no les gustaba un chiste, parecían rechazarlo deliberadamente, sabiendo que lo reescribiríamos. Se descartarían docenas de buenos chistes sólo porque uno de ellos hubiera murmurado la frase con la boca llena de tocino. David y Marta nunca dijeron: ‘Este chiste es gracioso. El actor sólo necesita venderlo’.
Una vez terminada la primera reescritura, teníamos un recorrido en el set, donde los actores ensayaban y resolvían el bloqueo con el director. Luego todos se sentaban en el apartamento de Mónica y Chandler y discutían el guión.
Esta fue la primera oportunidad que tuvieron los actores de expresar sus opiniones, lo que hicieron a gritos. Rara vez tenían algo positivo que decir y cuando planteaban problemas, no sugerían soluciones viables. Al verse a sí mismos como guardianes de sus personajes, a menudo argumentaban que nunca harían ni dirían tal o cual cosa.
Eso fue útil en ocasiones, pero en general, estas sesiones tuvieron una calidad terrible y agresiva que carecía de toda la ligereza que esperarías de la realización de una comedia de situación”.
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