El mes que viene, Game of Thrones estrenará su octava y última temporada, y sabremos finalmente quien será el que se sentará en el trono al final de la aclamada serie de HBO.

Una de las grandes candidatas para ocupar ese lugar es, sin dudas, Daenerys Targaryen, quien ha luchado desde el comienzo del show por llegar al trono de hierro. Pero, Emilia Clarke, hubo un desafío todavía más grande después de la primera temporada. En un reciente ensayo que la actriz escribió para The New York Times, reveló que estuvo a punto de morir luego de sufrir un aneurisma: “Como supe más tarde, aproximadamente un tercio de los que sufren un aneurisma mueren inmediatamente o al poco tiempo. Para lo que sobreviven, es necesario un tratamiento urgente para sellar el aneurisma, ya que existe un riesgo muy alto de una segunda hemorragia, a menudo mortal. Una noche, pasadas esas dos semanas, una enfermera me despertó y, como parte de unos ejercicios cognitivos me preguntó mi nombre. Mi nombre completo es Emilia Isobel Euphemia Rose Clarke. Pero en ese momento no podía recordarlo. En su lugar unas palabras incomprensibles salían de mi boca y entré en pánico. Nunca experimenté un miedo semejante. Podía ver cómo sería mi vida de ahí en adelante y para mí no tenía sentido seguir viviendo así. Soy actriz. Tengo que poder recordar mis líneas. En ese momento no podía ni acordarme de mi nombre.”

En 2013, tras otro escáner cerebral, los médicos detectaron que su segunda aneurisma había duplicado el tamaño y tuvieron que operarla para eliminarlo mientras estaba en Broadway protagonizando Breakfast at Tiffany’s. En un principio, la operación se complicó y su vida estuvo nuevamente en riesgo debido a una gran hemorragia.

También aprovechó la oportunidad para generar conciencia sobre la situación que le tocó atravesar: “Después de tanto tiempo de silencio estoy contando toda la verdad. Créanme, sé que no soy única, sé que no estoy sola. Innumerables personas han sufrido peores cosas que yo, sin los cuidados que tuve la suerte de recibir”.