En medio de una pandemia a nivel mundial, con cientos de países en cuarentena y los cines atravesando un difícil momento, la televisión y el streaming son lo que está manteniendo a cada persona dentro de su hogar entretenida. El consumo ha aumentado muchísimo. Pero, ese fenómeno viene dándose ya hace muchos años. La series se han convertido en una constante en la vida de todos, y en muchos casos han superado al cine. Sin ir más lejos, el mes pasado les preguntamos qué estaban viendo más durante la cuarentena, y las series se llevaron el primer lugar.
Hoy, 28 de junio, se celebra el día del orgullo LGBT y la representación y visibilidad de la comunidad es otro de los tantos aspectos en que la pantalla chica le está sacando ventajas a la grande. Los films con temática LGBTIQ+ están contados con la mano, su distribución en cines es pobre, y aunque suelen destacarse en festivales y premiaciones, no se tiene fácil acceso a ellos. Podemos tomar como ejemplo reciente Una Mujer Fantástica, película chilena ganadora del Oscar pero que muy pocos pudimos disfrutar en la comodidad de una butaca. Sí, es cierto que es mucho más común encontrar películas protagonizadas por personajes de la comunidad que shows televisivos, los cuales generalmente incluyen solo uno o un puñado reducido de roles LGBT, y suelen tener tramas secundarias. Pero que hay muchas más representación en la televisión es una realidad, y si nos ponemos minuciosos también podemos decir que es superior.
Y ni siquiera tenemos que irnos demasiado lejos para encontrar historias que nos interpelen directamente. Tal vez, hasta hace unos años, era difícil siendo parte de la comunidad encontrarse reflejado en la televisión de habla hispana. A pesar de la abundancia de series con personajes LGBT en grandes cadenas como The CW, Freeform o incluso en Netflix, no se acercaba tanto a nuestra realidad.
Hoy, el escenario es otro, incluso dentro del mismísimo rey del streaming. Series como La Casa de las Flores, Desenfrenadas, Puerta 7, Élite o Control Z, el espectro de roles LGBT que además son parte central de la trama, se ha abierto muchísimo. Ni siquiera tenemos que hablar de plataformas, lo podemos ver claro en la televisión abierta. Argentina es un país que ha tenido gran variedad de papeles de la comunidad en tiras diarias o unitarios, siendo unos de los ejemplos más fuertes los de Farsantes (donde los personajes de Benjamín Vicuña y Julio Chávez eran sin dudas protagonistas) o Las Estrellas, que desató un fenómeno casi sin precedentes con Flozmín, la pareja formada entre los personajes de Violeta Urtizberea y Julieta Nair Calvo. No podemos ignorar tampoco la revolución que trajo el papel de Maite Lanata en 100 Días para Enamorarse, que dio pie a lo que sucedió después en Pequeña Victoria, con el protagónico de la actriz trans Mariana Genesio.
El cambio ya llegó y no tenemos que salir a buscarlo a la pantalla grande, está dentro de nuestros hogares y en lugares donde nunca lo habíamos esperado pero donde es total y absolutamente necesario. México, el productor número uno de telenovelas para el continente, aún tiene mucho que avanzar social y políticamente en estas cuestiones, sin embargo en el último tiempo fue el gran protagonista de este avance de la mano de historias como la de Aristemo (de Mi Marido Tiene Más Familia) y Juliantina (de Amar a Muerte), que no sólo se mostraron dentro de exitosos shows de los más vistos en el país, sino que consiguieron un empuje lo suficientemente grande para que se plantearan historias centradas únicamente en las parejas por fuera de sus telenovelas. Y el proceso continúa con Ale, dentro de la nueva versión de 100 Días para Enamorarse a cargo de Telemundo, que replicará lo que consiguió el papel de Juan en la telenovela argentina.
Si cruzamos el charco la historia sigue mejorando, en un país que ha sido clave para la visibilidad y representación LGBT: España. Hoy, la tv española es hogar producciones como Luimelia, una serie protagonizada íntegramente por una pareja de mujeres cuya historia había nacido en la teleserie Amar es para Siempre. Los fans no se detuvieron hasta conseguir la continuación del romance de ellas dos, ya muy lejos de la trama original. Algo similar sucedió con Sapere Aude, el spin-off de Merlí, cuyo protagonista es un personaje abiertamente bisexual, que a pesar de ser una producciñon original de Movistar + pronto debutará en la tv abierta catalana.
La visibilidad y la representación no se tratan sobre cumplir una cuota, sino de contar historias que verdaderamente reflejen la realidad y normalicen todas y cada una de las maneras de amar. Introducir personales LGBT es una responsabilidad que hoy la televisión se toma muy en serio, y una o dos historias pueden dar paso a miles, y seguir acercándonos a un futuro, ojalá cercano, donde todos podemos vernos reflejados por igual en cualquier pantalla.
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