Con más de media temporada adentro, y palpitando un desenlace más que emotivo, Jessica Blady pudo charlar en exclusiva con Ronald D. Moore, creador y productor ejecutivo de Outlander. El guionista habló de los desafíos de esta cuarta entrega, las dificultades de adaptar la extensísima obra de Diana Gabaldon y su amor por la ciencia ficción, entre muchas otras cosas:
Hablando de la historia, ¿cuáles son los nuevos desafíos para esta temporada, especialmente para Claire y Jamie que enfrentan su futuro juntos en este nuevo mundo?
El mayor desafío para ellos es, finalmente, realizar el sueño que han tenido desde el principio. Al comienzo del show, cada uno expresa su deseo de tener un hogar por primera vez. Claire dijo que nunca había tenido uno. La casa de Jamie era Lallybroch, pero nunca podemos descartarlo como una especie de terrateniente. Ahora, por fin, llegaron a un lugar donde tienen la oportunidad de tener ese hogar. Entonces, el mayor desafío para ellos es realizar ese sueño y, como cualquier sueño, siempre es más difícil materializarlo que pensar en él. Primero, tienen que encontrar un lugar para establecerse. Luego, tienen que decidir cómo tratar con sus vecinos, los nativos americanos, y después con los otros colonos de la región; y todo esto está sucediendo a la sombra de la Revolución Americana, que Claire sabe que no está muy lejos. A ella le preocupa involucrarse en este conflicto, como se involucraron en el conflicto de Culloden. Entonces, es un desafío muy diferente para ambos. En vez de viajar a algún lugar o tratar de cambiar la historia, ahora están tratando de establecerse, crear un hogar y decidir qué significa esto para ellos.
¿Cuáles fueron (y son) los principales desafíos y dificultades para adaptar las queridas novelas de Diana Gabaldon a la pantalla?
Hay dos grandes retos. El primero es el desafío creativo de decidir qué partes del libro dramatizar, qué partes cambiar y qué partes cortar por completo. Siempre es un proceso complicado al principio de cada temporada, siempre es difícil descubrir cómo condensar estos libros cargados de personajes e historias fascinantes en sólo unas pocas horas de televisión. Eso sigue siendo la parte más dificultosa. Cuanto más te metés en la serie, se vuelve más difícil, porque el show toma ciertas decisiones. Los personajes cambiaron de cierta manera en la TV y uno se aleja cada vez más de la manera exacta en que los libros presentan la historia. Así que, a medida que nos adentramos en los últimos años de la serie, es un poco más difícil hacer la adaptación como lo fue al principio.
El segundo gran desafío siempre es la producción en sí, ya que es una historia muy grande y se extiende literalmente alrededor del mundo. Siempre es una cosa difícil de producir. Y lo estamos haciendo como si se tratara de pequeñas mini películas cada año. Nunca hay suficiente dinero, nunca hay suficiente tiempo y es sólo una tarea que presenta muchos retos físicos, temporada tras temporada.
¿Qué nos podés decir de los nuevos personajes de esta temporada?
El gobernador Tryon (Tim Downie) es un gran personaje. Es el gobernador de Carolina del Norte, que trabaja para el gobierno real en Londres. Es el que le ofrece a Jamie la primera concesión de tierras, donde puede construir su hogar. Es un gran personaje que será muy importante, políticamente, para la vida de Jamie en el futuro.
Otro gran personaje de esta temporada es Stephen Bonnett (Ed Speleers), el cual se convertirá en un villano recurrente de la serie, más allá de esta temporada. No se parece en nada a Black Jack Randall. Es un villano muy diferente y un antagonista distinto para nuestros héroes. Stephen Bonnet es alguien a quien definitivamente debes vigilar este año.
¿De dónde viene tu conexión con la ciencia ficción, predominante en la mayoría de tus shows? ¿Cómo encontrás nuevas formas de reinventar el género y desarrollar diferentes tipos de sci-fi?
Creo que mi nivel de ciencia ficción viene de mi infancia. En realidad, de ver el programa espacial estadounidense cuando era un nene. Vi a Neil Armstrong poner los pies en la luna, me fascinaron las primeras misiones y eso me hizo querer ver cualquier cosa que contuviera una nave espacial. Eso me llevó a Star Trek y me abrió todo el mundo de la ciencia ficción, desde chiquito y me encantó.
Creo que el desafío del sci-fi es que siempre sea relevante para el momento que estamos viviendo. Lo que me intriga de cambiarlo y hacer algo diferente, siempre tiene que ver con el presente y no con el pasado. No creo que se vea muy bien cuando intentás hacer versiones retro de ciencia ficción o hacer algo que sea viejo sólo por la diversión de hacerlo. Creo que siempre es mejor cuando se refleja algo que está sucediendo en el mundo de hoy y ese es el desafío que me mantiene comprometido con el género.
¿Qué temporada de Outlander disfrutaste más?
Las disfruté todas por diferentes razones, pero diría que la primera temporada siempre es la más emocionante, la más desafiante, porque estás creando todo desde cero. Tomás todas las decisiones sobre cómo funciona el show y quiénes son los personajes, cuál es el estilo de la fotografía, qué tipo de música vas a usar y dónde vas a filmar. Así que, para mí, la primera temporada de cualquier programa siempre es la más difícil y la más divertida en muchas maneras.
¿En qué medida la realidad sociopolítica impacta sobre los temas de la serie?
El impacto pasa por que los escritores viven en el mundo de hoy. Todos somos conscientes de las conversaciones culturales que se producen a nuestro alrededor. Los puntos de vista de las personas cambian, las actitudes culturales cambian, por lo que hoy escribimos el programa de manera diferente de lo que, probablemente, habríamos escrito 20 años atrás, cuando se publicaron los libros por primera vez. Tenemos conciencia de las sensibilidades de la audiencia, de cómo se sienten los espectadores con respecto a estos temas y tratamos de ser prudentes con ello. Tratamos de no cambiar fundamentalmente la historia, pero intentamos escribir con conciencia y sensibilidad pensando en cómo la audiencia verá esto en el entorno de hoy en lugar del de ayer.
¿Cómo es tu relación con los fans y cuánto los considerás a la hora de desarrollar el show?
Tengo una buena relación con ellos y me gusta interactuar yendo a convenciones o de tanto en tanto a través de Twitter. Me gusta hablar con los fans sobre cómo hacemos el programa y por qué lo hacemos. En cuanto a su aporte, trato de no dejarme influenciar por lo que creo que quieren los seguidores, en cambio, intento hacer lo mejor para la historia. Soy consciente de que existen dos tipos de públicos: los fans y los que no saben nada sobre los libros. Creo que uno tiene que ser capaz de escribir un show para ambos, ser conscientes de lo que esperan los fans y lo que les entusiasma, pero también entender que hay una gran parte de la audiencia que no sabe nada al respecto. Así que tenés que tratar de servir a los dos al mismo tiempo.
¿Cuál es la parte más difícil de llevar adelante la serie?
Lo más difícil es decidir cómo hacer la adaptación. Qué partes del libro querés poner y qué partes no vas a poder dejar. Eso siempre es lo más complicado porque las novelas son enormes y tienen mucha historia y personajes. Inevitablemente, vas a hacer que alguien se sienta infeliz porque cortaste su parte preferida, cambiaste su escena favorita, o representaste a un personaje de manera diferente. Es un proceso muy subjetivo. Tenés que dar lo mejor y esperar que las decisiones que tomaste finalmente funcionen y hagan feliz a la mayoría de las personas.
¿Tenés más temporadas planeadas para Outlander?
Tenemos aseguradas, por lo menos, dos temporadas más. Así que vamos a hacer una quinta y una sexta entrega. No estamos seguros de cuántas pasarán después de eso. Diana escribió, creo que nueve libros. Es difícil decir cuántas temporadas vamos a hacer después de estas seis.
Creo que el éxito de Outlander tiene mucho que ver con la mezcla de géneros con los que lidia la historia -el drama histórico, la fantasía, el romance-, ¿tenés alguna preferencia o simplemente intentás encontrar el equilibrio entre todos estos elementos?
Creo que se trata de encontrar el equilibrio. Algunos episodios se inclinan más en una dirección que en otra. Hay algunos capítulos que son más abiertamente románticos, hay algunos que son más aventureros, y hay algunos episodios que son terroríficos, y creo que el truco, en general, es tratar de encontrar el balance entre todos estos géneros diferentes y todos estos tonos y estados de ánimo que aparecen en el transcurso de una temporada. La idea es que cada episodio se sienta fresco y diferente, y no sólo esté contando el mismo tipo de historia una y otra vez.
¿Qué tan importante creés que es para el éxito del show, la química entre los dos personajes principales?
Creo que es muy importante. Fue una de las primeras cosas que buscamos. Hicimos una prueba de cámara de Caitriona (Balfe) y Sam (Heughan) interpretando a sus personajes para ver si la química estaba ahí porque su relación, la relación entre Claire y Jamie, es una parte fundamental de la historia, y sabíamos que si eso no funcionaba, probablemente, el resto tampoco iba a funcionar.
La serie hace gala de una diversidad que es bastante rara para un show como este. ¿Por qué es importante destacar este aspecto?
Creo que ese es el mundo en el que vivimos. Con mucha frecuencia, series ambientadas en el pasado o acerca de estos períodos de tiempo, tampoco mostraban el mundo como era entonces. América en 1770 era un lugar muy diverso. Había gente de diferentes orígenes, nacionalidades, razas y credos. Gran parte de la narración de esa época tiende a centrarse en la perspectiva del hombre blanco, por eso es interesante expandir y ver que el espectro era más complejo y más interesante, incluso, en ese momento. Lo mismo con el siglo XX. Hoy estamos en un momento en el que tratamos de abrazar la diversidad y ver que el mundo no es monocromático, y creo que también es bueno para el show decir eso sobre el pasado.