La gente de Electronic Arts y Ghost Games volvió a juntarse para traernos otra entrega de la saga Need for Speed. Esta vez, nos llevan a Los Ángeles a disfrutar de sus paisajes, sus autos y todo el neón que puedas consumir. ¿Está bueno Need for Speed Heat?
Desde que nos metemos en el título, notamos que hay tantas novedades como elementos que ya conocemos de arriba abajo. NFS Heat divide su gameplay en Día y Noche. En el primero, podremos correr carreras «oficiales» que nos harán ganar dinero para comprar componentes y cosméticos para nuestro/s auto/s. De noche tendremos la oportunidad de correr carreras más picantes y ganar reputación en el circuito de corredores que realmente nos importa, así como también escapar de la policía para multiplicar esos preciados puntos.
Una de las sugerencias que nos hace NFS Heat desde el comienzo es que derrapemos. Hacerlo nunca fue tan fácil y agarrarle la mano a las curvas desde las primeras carreras es la clave para convertirse en el mejor de Los Ángeles.
El comienzo es un poco lento y la primera región que tenemos disponible en el mapa tiene varias actividades en las que podemos participar. En un primer momento, nos va a parecer bastante monótono, pero a medida que se desbloquean mejoras para el auto y zonas del mapa, empezamos a conocer la verdadera esencia del juego.
Aunque empezamos en la ciudad, iremos descubriendo distintos paisajes y pistas que nos propondrán desafíos de manejo muy distintos entre sí. Será nuestra misión saber en qué situación usar qué tipo de auto para lograr los mejores resultados. Las opciones de personalización de los autos, tanto en apariencia como en componentes, son más completas que nunca y están en sintonía con la idea de hacer tu propio camino.
El manejo, sin embargo, sigue siendo bastante simple y está muy lejos de un simulador, pero hay un énfasis en demostrar que cada auto que compremos es efectivamente mejor que el anterior, algo que no siempre se logra en juegos de carreras. Lamentablemente, podría estar mejor acompañado por la vibración del control, que casi no se nota, al menos en PS4.
Aunque el juego plantea la dualidad del día y la noche, está claro que lo más atractivo siempre está a la noche. Las carreras, los objetivos, la policía y todo el neón están de un lado, mientras que del otro tenemos cosas mucho menos atractivas, pero que necesitamos para ganar dinero. ¿Como la vida misma?
Aunque tarda en engancharnos, NFS Heat ofrece una experiencia completa para los fans de los juegos de carreras, con variedad de misiones, autos y pistas por conocer. De todas maneras, después de jugar los últimos dos o tres Need for Speed, lo cierto es que Heat no parece aportar nada demasiado novedoso más allá de lo estético.
Como sucede con el FIFA y otros tantos juegos con entregas periódicas, no es necesario arreglar lo que no está roto y NFS está más entero que nunca. Pero si jugaste los anteriores, no hay tanta frescura en lo nuevo de Ghost. La historia sería lo novedoso en esta entrega, pero con carreras tan frenéticas, es más divertido saltearse las cinemáticas e ir directo a lo que importa. Como en la película protagonizada por Aaron Paul.